No fue la canícula, fue la hombría y el fútbol de Colombia.

Por Alfredo Carreño
Actualizado: 10 septiembre, 2024

BARRANQUILLA. Yerson Mosquera no lo podía creer, gol que abrió la cuenta frente a la selección campeona del mundo. Foto FCF.

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Por Jorge Alberto Cadavid.
Columnista Cápsulas.

El triunfo sobre el campeón del mundo, Argentina, es para celebrar.

La albiazul se caracteriza por fútbol exquisito y su carácter y esto fue lo que tuvo Colombia para triunfar sobre el también campeón de la Copa América.

El partido fue entre dos colosos, uno más mañoso otro más nervioso.

Al inicio el derecho de piso, lo pagó Yerson Mosquera quien debutaba, momentos de acople, minutos de susto, hasta Vargas comete imprudencias inexplicables.

Pero rápido los locales reaccionan y nivelan el juego, empieza James a destacarse.

A los 24 minutos la bendita pelota quieta, la bendición para Colombia, tiro de esquina que cobra Arias corto a James, este la corre un metro y tira el centro, la ubica en el lugar y momento donde emerge el debutante Mosquera, para dejar a Dibu jando una mueca de rabia al arquero Martínez.

Continúa un partido dinámico, de ida y vuelta , donde Lerma es dueño del medio campo, bien acompañado por Ríos.

La complementaria nos coge desconcentrados, pase de Rodríguez a Mosquera, quien duda y le da opción a Nico González de lograr el empate.

El partido es disputado, hay llegadas sin concreción, roces, hombría entre los contendientes .

Una falta que no vio el árbitro, pero que después de un espacio de tiempo solicitó revisión el VAR, se convirtió en penal que James impecable convierte y vuelve el Dibu jo de un rictus de rabia en la cara del arquero Martínez.

Lo que sigue es aguantar la avalancha Argentina, dosificar jugadores cansados con jugadores frescos, mucho carácter, mucha concentración, pundonor y hombría y al final un anhelado triunfo sobre el campeón del mundo, no por el efecto del calor si no por el fútbol y la hombría de Colombia.