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No hay “defensa” para esta nueva eliminación.
- Actualizado: 31 agosto, 2018
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Por María Victoria Zapata B.
*Es muy difícil, prácticamente imposible, obtener resultados cuando los cimientos de orden dirigencial son tan endebles.
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Y en Independiente Medellín, sus casi inexistentes fundamentos administrativos anulan cualquier ilusión y se reflejan en el comportamiento de un equipo para el que hasta la Copa Águila es una quimera.
Duele ver el esfuerzo de unos jugadores que dejan hasta la última gota de sudor en la cancha y de un entrenador que lucha incansable, y sin éxito alguno, por imprimirle vocación ofensiva al DIM y aprovechar al máximo la motivación colectiva y la fortaleza atacante roja..
Pero más lástima tener que reconocer nuevamente que el buen fútbol del DIM no se materializa en victorias – ni siquiera en empates- porque el empeño de técnico y deportistas contrasta con la desidia de una dirigencia que, con su ineptitud y carencia de objetivos, le sigue señalando el rumbo del fracaso al Deportivo Independiente Medellín.
Más de lo mismo.
Pese a la anotación de Germán Cano cuando apenas transcurría un minuto de juego, anoche en estadio Palogrande de Manizales, el DIM fue una fotocopia de aquel que ya habíamos visto en Palmaseca y en el Metropolitano de Barranquilla y del que, seguramente, veremos en lo que resta de esta temporada 2018: Un DIM derrotado por la incapacidad de su muy frágil zaga y vencido por las ejecutorias de una administración para la que el crecimiento institucional está muy por debajo de la ambición personal.
Así sea reiterativa en el asunto, la transferencia de jugadores en pleno torneo es funesta para el DIM en todo sentido y con mayor razón si no se cuenta con un deportista del mismo corte o se lleve a cabo una contratación que supla la ausencia del futbolista transferido con tanta liberalidad.
En el caso concreto de Didier Moreno, las consecuencias saltan a la vista:
Definitivamente, el DIM es un equipo sin filtro en mitad de campo y ello imposibilita canalizar de manera adecuada tanto su fútbol como el trabajo de sus zagueros y/o atacantes.
La primera línea de volantes es inexistente, el ecuatoriano Luis Luna, no tiene el perfil y liderazgo para ocupar la plaza del ausente Moreno y la zaga está hoy más fracturada que nunca por la carencia de orden y de un trabajo en contención. Tampoco se puede negar que el equipo adolece por completo de control y manejo del partido. No hay manera de conservar el cero y no hay forma de trascender el ataque rojo
En cuanto a la gestión ofensiva, el DIM genera juego, no se discute. Pero es inconsistente por diversos motivos: la carencia de un verdadero caudillo. La soledad de Ricaurte en zona de armado, lo mismo que su errónea ubicación como Nº 10 genuino. La desacertada posición del Chacho, “promovido” al sector de volantes, la falta de sorpresa en el ataque y la pobreza franciscana en materia de definición de Caicedo, Mena y, ahora Castro, han contribuido igualmente a los preocupantes resultados adversos de las últimas fechas. Anoche, ante Once caldas no fue la excepción.
Conclusiones.
Los números son concluyentes en los últimos cinco partidos del DIM: Deportivo Cali 3- DIM 2; DIM 1- Águilas 0; DIM 0- Once Caldas 1, Junior 2- DIM 1; Once Caldas 2- DIM 1. Cinco goles a favor y ocho en contra, una victoria y cuatro derrotas y tres puntos de 15 posibles, para un rendimiento de apenas el 20%
No es suficiente, ya lo hemos visto, con la voluntad y entrega de los jugadores. Tampoco con la disposición de un estilo ofensivo por parte del técnico Octavio Zambrano. Cualquier acción o gestión de uno y otros será opacada por la carencia de centrales, volantes de contención, armador y un delantero que coadyuve de manera eficaz al goleador Germán Cano, y, fundamentalmente, por las desatinadas decisiones de escritorio siempre en contravía del crecimiento institucional.
Mientras no haya en la dirigencia, es decir, en don Raúl Giraldo, políticas de contratación que sintonicen con las necesidades del equipo y mientras se produzcan por hábito la transferencia extemporánea e inoportuna de jugadores vitales, la vinculación de deportistas de bajo nivel o el regreso de otros sin fundamentación y la conformación de una nómina titular desbalanceada, desequilibrada e incongruente, las eliminaciones anunciadas como la de anoche, en Copa Águila, serán cotidianas en el DIM y seguirán marcando el camino descendente del Equipo del Pueblo en todos sus ámbitos.
No hay defensa, entonces, para este nuevo fracaso del Deportivo Independiente Medellín. Es, simplemente, el resultado de la codicia y de pésimas ejecutorias administrativas que se reflejan de un todo y por todo en el rendimiento del equipo.
Carecemos de jugadores en posiciones claves. No contamos con una zaga confiable y segura ni con una contención medianamente aceptable, Pero lo peor de todo, es que adolecemos de dirigentes comprometidos con la causa roja. Así es imposible esperar algo diferente de los fracasos obtenidos en los últimos dos años.
Nada más que decir al respecto.
(María Victoria Zapata B.)
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