Capsulas de Carreño

No hay técnico buenos.. No hay técnicos malos.. Por Gilberto Maldonado Bonilla


Por Gilberto Maldonado Bonilla.

 

*Los resultados y los títulos son las sobras para alimentar a los lázaros resultadistas.

 

Solo que unos les suena la flauta y a otros no. A unos la diosa fortuna los arropa; a otros los deja desnudos a merced de una crítica a-crítica, resultadista e inmediatista.

Pocos día atrás, según el sanedrín, el señor Guimaraes el non plus ultra de la dirección técnica; que era algo parecido al moisés destinado a guiar al pueblo verdolaga hacia la tierra prometida donde abunda la miel del triunfos y títulos.

Al señor Guimaraes le contrataron por el antecedente del título alcanzado dirigiendo al América de Cali….un técnico «triunfador». Aquí, al ejército de lázaros les pasó lo que a los nómadas del desierto cuando los agobia la sed y creen que la primera fuente que se encuentren en su camino saciará su sed.

Mal técnico? Quién sabe! La sabiduría de un director técnico, si se le mide por lo casual, lleva como todo juicio a la injusticia.

Mi inmensa ignorancia solo me permite la crítica al señor técnico de Atlético Nacional en el sentido de mantener en la llamada nómina titular a jugadores que no hacen méritos suficientes para ello. Caso Banquero: no es y no creo que le alcance el tiempo para ser el mismo jugador descollante en el Deportes Tolima.

Caso Jarlan Barrera: además de burócrata es el riesgo de dejar en inferioridad numérica al equipo. Por equivocación hace una jugada interesante y pare de contar.

Caso Álves: Como goleador un fracaso; en algunos partidos nos estaba convenciendo por su entrega, por sus asistencias que terminaban con el balón en el fondo del arco contrario. ¿No será bueno intentar sacarlo del área y mirarlo como posible armador?

Hasta ahí mi crítica al señor director técnico de Atlético Nacional. Caerle con todo por la eliminación del verde es injusticia por donde se le quiera considerar.

Viene el reto de la Copa Libertadores. Reto que para los directivos estaba por encima del campeonato veredal por consideraciones económicas. Esto demostrando que los resultados y los títulos son las sobras para alimentar a los lázaros resultadistas.

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