Capsulas de Carreño

No más humillaciones para James. Por César Polanía-El País


Por César Polanía, El País

*Tiene 25 años y mucho fútbol por exhibir. El Real Madrid no es el único club grande del mundo.
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La novela de James Rodríguez con el Real Madrid tiene que llegar a su final a mitad de año, cuando termine la temporada en Europa. No hay que darle un capítulo más a esta historia y ese final no debe ser otro que la partida del colombiano.

James no es el mejor jugador del mundo, pero es una estrella. Y a las estrellas se cuidan. Se valoran. Se respetan. Algo que en el Madrid solo supo entender y aplicar Ancelotti. Mientras el italiano dirigió a los ‘merengues’, James brilló en todo su esplendor. Pero para Benítez y Zidane, el cucuteño ha sido uno más de la plantilla.

La escena más reciente de esta novela ocurrió el miércoles. Zidane les dio un chance a los suplentes para enfrentar al Leganés por la Liga.

James fue inicialista, marcó un gol, puso otro y era figura hasta el minuto 72, cuando Zidane lo relevó. El colombiano abandonó con cara dura la cancha (en España dicen que mascullaba “la concha de tu madre” mientras salía), pasó por el lado del técnico sin saludarlo y al llegar al banco golpeó con un puño el asiento.

A James, bajo la óptica de Zidane, no le alcanza ni para jugar 90 minutos contra el Leganés. ¡El Leganés!, casilla 17 en la tabla. Cuando el equipo abandonó el estadio, James pasó por la zona mixta cabizbajo y no se detuvo para hablar con la prensa, como suele hacerlo.

Minutos antes, Zidane había dado en rueda de prensa la peor explicación de un técnico para justificar un relevo: “A los jugadores ofensivos son los primeros que tienes que sacar, porque trabajan mucho”. Claro. Seguro. A James le deben pesar toneladas en su cuerpo una Liga que no juega.

En el modelo Ancelotti, James hizo línea en el mediocampo con Luka Modric y Toni Kroos. Arriba era inamovible la BBC. El italiano supo potenciar al artillero del Mundial de Brasil, al punto que jugó un total de 46 partidos (3619 minutos), en los que marcó 17 goles y asistió la misma cantidad de veces a sus compañeros para anotar. Fue elegido el mejor volante de la Liga.

En el modelo Zidane, James es suplente del suplente del suplente. De los 49 partidos que ha dirigido el francés en la Liga (y mejor ni hablemos de la Champions), James solo ha jugado seis completos. Y pese a ello, ha marcado cinco goles y de sus pies han partido 12 asistencias (el jugador con más pases-gol del equipo). ¿Entonces? James no vive en el banco por su bajo nivel —como dicen equivocadamente algunos periodistas—, porque el colombiano ha sabido aprovechar las pocas chances que tiene. James vive en el banco porque a Zidane —y solo el técnico sabe la razón— sencillamente no le sirve. Este sábado tampoco lo tuvo en cuenta frente al Atlético de Madrid.

Que termine ya la novela, porque se volvió cansona, repetitiva y dañina para el jugador. Capítulo uno: James no juega. Capítulo dos: Zidane dice que no tiene nada contra él y que es importante para el equipo.

Capítulo tres: James dice o hace cosas que insinúan su aburrimiento y su partida. Capítulo cuatro: Zidane dice que quiere que el colombiano se quede. Capítulo cinco: la prensa especula y pone a James en el Chelsea, el Liverpool, el Inter, la Juventus y hasta en la China. Y vuelve y arranca una nueva temporada, cual serie de Netflix, con la misma historia.

Basta ya. James tiene 25 años y mucho fútbol por exhibir. El Real Madrid no es el único club grande del mundo. Muchos otros de Europa también tienen el perfume de los mejores y pagan bien. Y, sobre todo, valoran y respetan a una estrella de la talla del colombiano.

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