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Nos llevan ventaja muchachos. Por Alexis García Vega.
- Updated: 14 febrero, 2018
Por Alexis García Vega
*Me queda una sola conclusión: hemos sido a través de los años una fabrica de talentos de talla mundial.
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Es indudable que la exposición pública del éxito genera una fascinación casi orgásmica en el colectivo, que permite que cualquier jugada o cualquier gol no requiera de una belleza salida de lo normal para ser resaltado en los medios y ser conocido a nivel mundial.
La época de las redes sociales, del internet, cambió totalmente la ecuación del logro y las grandes estrellas bendecidas por los medios, encontraron el lugar ideal para magnificar y multiplicar sus condiciones.
La liebre y la tortuga hicieron una apuesta a ver quien ganaba una carrera, como es conocido la tortuga fue la triunfadora por el exceso de confianza de la liebre, quien al verse sobrada se acostó a dormir y fue sobrepasada por su rival, quien nunca paró de perseguir su sueño, de seguir con fe, hasta alcanzar la meta.
La liebre, que era Colombiana propuso una segunda carrera, la del desquite, esta vez ganó la liebre que salió rauda en procura de la meta sin mirar a los lados, ni detenerse a pensar que pasaría con su rival, una gran enseñanza de competir consigo mismo, superando los propios límites desde el interior, dando el máximo, demostrando que el que hace las cosas sin medirse en el esfuerzo de sus posibilidades, siempre triunfará en la vida.
En el cuento solo hablamos de la primera parte, en donde es resaltada la virtud del más débil sobre el más fuerte, de la persistencia y la fe sobre la capacidad.
Hace unos días sostenía un diálogo en la finca de Faustino Asprilla con unos amigos de lujo: Fredy Rincón, Victor Aristizabal, Carlos Valderrama, «El Tren» Valencia, Alex Escobar, Geovanni Hernández, «El Pipa» De Avila, entre otros quienes habíamos llegado adonde el Tino a jugar un picadito, se me ocurrió hacer una pregunta capciosa, sobre cuál jugador de los actuales seria titular en la selección de nuestra época, que había logrado 3 clasificaciones a los mundiales.
Las respuestas llegaron disparadas en ráfagas, predominó el concepto que ninguno de los cracks actuales tendría cupo fijo como titular de esas selecciones y surgió la polémica comparación por posiciones: Higuita y Cordoba o Ospina, Arias o Chonto, Sánchez o Leonel, Aguilar o Rincón, Falcao o El Tren, Teo o Asprilla, etc, etc, etc.
Es difícil comparar los momentos, nunca es fácil lanzar hipótesis sobre gustos, cada cual tendrá sus preferencias, pero lo que si me queda claro es que los jugadores actuales nos llevan mucha ventaja a los de antes, en la era de la comunicación, las redes sociales y el poder de los empresarios les ha permitido a las actuales figuras una sobreexposición mediática que muestra lo humano y lo divino, que les permite que cualquier actuación sea destacada en segundos en cualquier lugar del mundo y los aplausos no solo llegaran de su propia tierra sino que serán interpretados en todos los idiomas y lugares del mundo.
La discusión quedó allí y la sensación del enorme poderío de los medios hoy en día, trajo un espacio para la nostalgia.
Me queda una sola conclusión: hemos sido a través de los años una fabrica de talentos de talla mundial.
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