Capsulas de Carreño

Ojalá no se cumpla la voz popular.

Por Gilberto Maldonado Bonilla.

 

*Mientras tanto, preparémonos para degustar en el almuerzo lo mismo que consumimos en el desayuno.

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Como seguidor de Atlético Nacional, ojalá no se cumpla la voz popular que dice que en » el desayuno se sabe como será el almuerzo».

Pero una cosa es el romanticismo, el ideal del seguidor verde; porque las condiciones para un nuevo papelón, en el aspecto puramente resultadista, están ahí. Y esas mismas condiciones objetivas nos condenarán a ver, desde la óptica de lo cíclico, un Atlético Nacional con uno que otro partido bueno y, en la mayoría de los casos, los partidos donde han de predominar la negligencia, la falta de respeto y el juego criminal con los derechos y deseos de los que pagan un boleto…y de quienes pagan una suscripción para ver los partidos por televisión.

Una diferente puesta en escena pasaba en Atlético Nacional por un cambio radical en la nómina de actores y basado ese cambio teniendo en cuenta las funciones.

Y por estos lares del universo si que se impone la división internacional del trabajo porque el ideal de futbolistas poli-funcionales es una utopía. El único jugador contratado con características de delantero, Daniel Mantilla, fue sacrificado en el altar del conformismo en el partido frente a Cortuluá.

No se pudo, o no se quiso, hacer una renovación a fondo de la nómina de Atlético Nacional para este semestre en cantidad y, muchos menos en calidad. Entonces esperar algo diferente a lo del torneo anterior es acordarnos de Calderón de la Barca…»los sueños, sueños son».

En este torneo que recién comienza es difícil esperar un Atlético Nacional diferente. De pronto una repentina lucidez mental de un enfermo terminal nos permita disfrutar de uno que otro partido que nos transporte a épocas pretéritas.

Unos pocos retoques nominales solo maquillan las grietas del edificio llamado Atlético Nacional. Ese maquillaje irá deteriorándose y las grietas aparecerán de nuevo y más evidentes.

Estas consideraciones solo están en el ideal de ver un Atlético Nacional como el faro del fútbol colombiano; como la institución que nos reconcilie con el fútbol instinto. Los resultados vendrán con la supremacía de lo instintivo sobre ideológico.

Mientras tanto, preparémonos para degustar en el almuerzo lo mismo que consumimos en el desayuno.

Gilberto Maldonado Bonilla

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