Olvidemos a Macnelly y pensemos en Jarlan (Rafael Castillo, Barranquilla)

Macnelly Torres era un jugador vital para el ataque del Junior. Era la aduana por la que pasaban todos los balones y quien profundizaba el juego con sus punzantes, sorpresivos y exactos pases. Es innegable que el equipo de Alexis Mendoza pierde calidad futbolística y experiencia con su partida al Atlético Nacional.

¿Se acabó el Junior porque se fue Macnelly? No, tampoco así. De la escuadra rojiblanca algún día se despidieron Heleno De Freitas, Dida, Víctor Ephanor, Juan Ramón ‘La Bruja’ Verón, Alfredo ‘El Maestro’ Arango, Carlos Babington, Julio César Uribe, Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, Víctor Danilo Pacheco, Omar Sebastián Pérez y Giovanni Hernández, jugadores con mayor jerarquía y trascendencia en la historia del club, y no pasó nada, ahí está el ‘Tiburón’ vivito y coleando.

¿El jugador debió rechazar el millón de dólares de más que ofreció Nacional en su pulso con el Junior y demostrar más amor por la camiseta del equipo de su tierra? No sé. Son decisiones muy personales que siempre se deben respetar. Cada quien es dueño de sus metas, aspiraciones, necesidades y sentimientos. Prefiero no inmiscuirme en el dinero y proyectos particulares de nadie.

¿Faltó que Junior pujara con más fuerza financiera por la continuidad de Macnelly? Tal vez, pero esa chequera tampoco es mía para opinar a fondo.

Entiendo que la herida de gran parte de la afición se debe más al equipo en el que aterriza que a la salida del ‘10’ en sí.

Lo malo no es que se vaya Macnelly, los hombres pasan y las instituciones quedan, lo realmente malo es que a dos semanas del inicio de la Liga la base del equipo que existía no se ha reforzado y ya se ha debilitado. Hasta ahora solo se ha sumado una cara nueva, Zamir Valoyes.

Si no se piensa traer a un jugador del recorrido y nivel de Macnelly (que sería lo ideal para no debilitar y restar opciones al plantel), mejor darle alas a Jarlan Barrera y elevar las responsabilidades de Michael Ortega y Vladimir Hernández.

Jarlan es un jugador para el futuro y el presente.