Capsulas de Carreño

Otra vez, ‘lo que da la tierrita’. Luis David Obando.


Por Luis David Obando

 

* ¿Será que a Rueda u otro colombiano le habrían soportado una campaña como la actual de Pékerman?
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Bien que lo saben los agricultores: las cosechas no solo dependen de unas buenas semillas sino de la calidad de la tierra donde son sembradas, e incluso de la “buena mano” de quien las cultiva. Por eso, a veces no es necesario ver el producto de la siega para conocer la calidad de los frutos recogidos. Si son ñuriditos o grandiosos, las variables anteriores explicarán tanto su apariencia como sus nutrientes, bien por escasez o por abundancia.

Por eso suele decirse como con cierta resignación “eso es lo que da la tierrita”, cuando el terreno no es el mejor y los frutos recogidos apenas sí generan conmiseración. Por eso es triste aplicarlo al rendimiento actual de la Selección Colombia que disputa la Eliminatoria Mundialista. ¿Será que no hay más para mostrar que esos pobres amagos de fútbol que este equipo ha exhibido en las últimas jornadas?

Sí goles son amores, entonces el análisis resulta más triste: cuatro a favor y ocho en contra en los últimos seis juegos. En las últimas tres localías (ante Uruguay, Chile y Bolivia), solo 5 puntos. Se hacían cuentas alegres de ‘cuadrar caja’ goleadora vapuleando a los bolivianos, y ya les vimos sudar petróleo para ganar con un penalti apenas ajustadito a reglamento, tapado en primera instancia y con rebote anotado in extremis. Y eso a una selección a la que le habían metido 10 goles en los últimos dos partidos.

Volviendo a lo de ‘la tierrita’, resultaría ilógico pensar que Colombia de la noche a la mañana pasó de ser un gran equipo de Mundial a una cuasi cenicienta de Eliminatoria, y no porque se le haya envejecido la nómina. Yo miraría más bien ‘la mano que cultiva’, cuyo trabajo no es muy perceptible, carencia que puede notarse en el enmalezamiento futbolístico que hace a ratos irreconocibles a los jugadores, ayer astros, hoy casi irreconocibles.

De Pékerman se ha dicho de todo: desde el ensalzamiento por la excelente campaña en Brasil 2014, hasta el reclamo porque maneja la Selección a muy larga distancia. Resultado: unas convocatorias como hechas de memoria, con muy dudoso seguimiento tanto a los llamados como a quienes no aparecen en lista, y unos partidos sin ton ni son, como esperando que los triunfos emerjan por la vía del milagro.

Si me preguntan, haría la del hincha de cafetín: decir que Don José está haciendo todo lo posible para que lo echen (sin todavía lograrlo), a ver si carga una buena alforja en su salida forzada. Pero como estoy obligado profesionalmente al análisis riguroso, diría, en coro con tantos que ahora lo repiten, que el asunto es definitivamente de trabajo, pues conocimiento obviamente no le falta.

¿Qué tal, por ejemplo, emplear parte del tiempo de prolongado descanso en Buenos Aires para darse una vueltecita por China? Yo no sé si Tite viajó, pero convoca a Paulinho y él solito le empaca tres a domicilio a Uruguay. Se pregunta uno si Pékerman encontrará allí algún viejo conocido que resulte de nuevo un ‘gallo tapado’ en las Eliminatorias. ¿Y qué tal si al menos se ensayan microciclos con jugadores de nuestro rentado? ¿Será mucho pedir esos descuentos de sus múltiples beneficios laborales?

Repito voces recientemente escuchadas: a ningún entrenador colombiano le hubieran aguantado la campañita que está haciendo Colombia en las previas a Rusia 2018. Sea por lo que fuere, tal vez todavía haya tiempo de algún correctivo, para que el cierre de campaña no nos coja con un susto bien fuerte…

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EXTRATIEMPO. En el Torneo, Pereira ya no es el cuadro todopoderoso que todo lo arrasa, como el año anterior, cuando un gol de último segundo lo sacó de la fiesta de la Liga. Y ya en la A, América parece estar confundiéndose en su propio entusiasmo por el regreso. Ojo que, como vamos, pueden seguir entrando a la Liga equipos sin tradición ni juego, mientras los clásicos continúan su trasteo a la B.

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