Análisis táctico:
En sus primeras tres temporadas en el Everton, Calvert-Lewin sólo consiguió 11 goles en 78 partidos, pero a pesar de no representar una amenaza constante de cara a la portería, logró establecerse como delantero centro en un equipo de la primera mitad de la tabla de la Premier League. Y eso es testimonio a la variedad de su talento.
Cuando Ancelotti, uno de los entrenadores con más títulos del mundo, fue nombrado a finales de 2019 – justo antes de un periodo de traspasos en enero – el italiano no miró más allá de la actual plantilla, manteniendo en el ataque a la pareja Calvert-Lewin y Richarlison, a pesar de que el delantero inglés llevaba hasta la fecha números bastantes modestos: cinco goles en 16 partidos de la Premier League en 2019/20.
Lo que siguió desde entonces fue la mejor versión de Calvert-Lewin frente a la portería, con ocho goles en los primeros 11 partidos de Premier League del mandato de Ancelotti. Ha añadido una impresionante regularidad para hacer goles, lo que significa que está terminando de convertirse en un delantero completo. Al haber pasado una buena parte de sus años de desarrollo como centrocampista central, Calvert-Lewin posee un buen control de balón, visión de juego y pase, pero es su velocidad y habilidad aérea lo que más ha ayudado a su desarrollo como delantero centro.
Es alto (1,87 metros), posee un salto potente y gestiona bien los momentos de actuación, lo que le sitúa entre los jugadores más eficaces de la Premier League en el juego aéreo. En la Premier League, sólo tres jugadores hicieron más goles que él en la temporada 2019/20; también ocupando el sexto lugar en los duelos aéreos ganados durante la campaña, y el cuarto entre los delanteros.
Dado que también se siente cómodo con el balón en los pies – tanto al entrar en profundidad como al retrasar su posición – genera muchas dudas entre los defensores rivales que lo enfrentan. Pocos otros delanteros centrales poseen un juego tan completo y con tanta variedad.
Calvert-Lewin ofrece diferentes alternativas con el balón. Puede proporcionar pases para un compañero de ataque o para jugadores en apoyo; puede salir por fuera antes de enfrentarse en el uno contra uno ante los defensores; puede retrasar su posición para asociarse con un mediocampista; puede acatar los balones a la espalda de la defensa o por los pasillos interiores; puede aguantar el balón para una segunda jugada.
En sus acciones, los defensores se mantienen adivinando cuál será la acción que va a desarrollar con rápidos cambios de dirección, cayendo a bandas o por dentro para generarse espacios. En general, todo esto lo hace extremadamente difícil de tratar.