Capsulas de Carreño

La triste historia de Memphis, la nueva estrella del Manchester United

 

Se disparan los elogios a Memphis Depay. Foto www.fichajes.com

Se disparan los elogios a Memphis Depay. Foto www.fichajes.com

 

 

 

Por Leander Schaerlaeckens,
Yahoo Sports

 

Pide que lo llamen Memphis. No Memphis Depay. O peor aún, Depay. Es Memphis. Puede que esto parezca la típica soberbia de una joven estrella, pero el hecho de que su nombre esté en alza, quizás justifique la excepción. ¿No? El delantero holandés de 21 años que ahora juega en el Manchester United tiene buenas razones para deshacerse de su apellido.

 

Memphis explicó lo siguiente al diario De Volkskrant en 2013: “Muchos reaccionan diciendo: ‘¿En qué piensa este chico, se cree que es una estrella?’, pero esta gente no sabe lo que ocurre”.

“Esto es muy difícil para mí, porque preferiría jugar con mi apellido escrito en la camiseta, igual que todo el mundo”, explicó. “Pero la ruptura con mi padre es irreconciliable. No hablo con él. No tengo ningún tipo de contacto con familiares de mi lado paterno. Ni lo tendré nunca”.

Memphis no lleva puesto el apellido de su padre, porque, tal y como dice: “No se lo ha ganado”.
Llegar a entender al súper fichaje de treinta y pico millones de dólares del United no es tan sencillo. No suele hablar mucho y evita a los medios de comunicación. No obstante, si juntamos algunos fragmentos de las escasas entrevistas que le han hecho durante el último año y medio, la mayoría de ellas en holandés, se empiezan a perfilar algunos rasgos.
Memphis es hijo de una madre holandesa y de un padre ghanés que vivían a las afueras de Rotterdam, en un barrio complicado, con mucha delincuencia y disturbios ocasionales. Cuando tenía cuatro años, su padre los abandonó y su madre se mudó junto a él a la casa de otro hombre que había conocido, el cual tenía 15 hijos más. Fueron tiempos difíciles para él.
“No te voy a contar lo que pasó exactamente en casa”, dijo Memphis en una ocasión. “No quiero que la gente sienta lástima por mí”.
En una entrevista de televisión dio más información. “En aquella época, únicamente podía preocuparme por sobrevivir, tenía que luchar por salir de esa situación”, dijo. “Podría hablar de maltrato físico y esas cosas, pero no quiero hacerlo”.
Al poco tiempo, el nuevo novio de su madre ganó la lotería, se hizo millonario y terminó la relación con ella. Desde entonces, Memphis y su madre vivieron una vida llena de incertidumbre, siempre con el dinero justo. Su padre biológico brilló por su ausencia y no tuvo ningún rol significativo, ni en su crianza ni en su educación.

Dejó a un Memphis seguro de sí mismo pero que, confundido, buscaba figuras paternas en todas partes. Su abuelo materno le producía fascinación, pero falleció cuando él tenía 15 años. Fue en ese momento cuando dejó el Sparta y comenzó a jugar en el PSV. Pero en el club no supieron manejar la situación. Memphis se mostraba difícil, petulante y malhumorado. Muy malhumorado. Reaccionaba con rabia frente a cualquier figura que pretendiese inspirar autoridad.

No le gustaba ir a la escuela y se pasaba el tiempo contando los minutos para ir a entrenar después de clase. En el terreno de juego mostraba tanto talento como incapacidad de someterse a las reglas. A pesar de que su comportamiento merecía una buena dosis de disciplina y consejo, él se sintió incomprendido por sus entrenadores. Estuvo a punto de ser expulsado varias veces de la academia de fútbol del PSV, pero su enorme talento jugó a su favor una y otra vez. En aquel momento parecía evidente que era el extremo más prometedor de todos los Países Bajos, un país tradicionalmente enamorado de los extremos, ya antes de Arjen Robben.

A pesar de los conflictos, el fútbol también le trajo amparo. “Creo que me mantuvo alejado de la calle”, dijo en una ocasión Memphis. “Hice cosas que no están bien; mucho más que travesuras. No quiero hablar de eso, pero en cierto momento te paras a pensar. Si te detienen, no podrás jugar a fútbol nunca más. He visto a un montón de jóvenes que no han podido salir. No podían dejar la calle sin ayuda”.
A pesar de las dificultades, consiguió jugar en el primer equipo del PSV. Aunque su carácter insolente y en ocasiones arrogante hizo que le llevara bastante tiempo ganarse la titularidad. Con tan solo 18 años, dijo lo siguiente a la revista Elf: «Cristiano Ronaldo, Lionel Messi,  esos chicos son realmente buenos. Intento hacer lo que ellos han hecho. Yo tengo talento y potencial. Soy fuerte, rápido y puedo marcar muchos goles. También tengo una mentalidad muy fuerte. Cada futbolista tiene su propia historia. Todo por lo que he pasado me ha hecho madurar muy rápido a pesar de mi corta edad”.

 

Finalmente, Memphis logró entrar en el equipo titular en su tercera temporada en el PSV y, en poco tiempo, comenzó a encabezar todas las listas de jugadores revelación a nivel europeo. Sus 12 goles marcados jugando de extremo izquierdo durante esa temporada le hicieron ganarse un puesto en el equipo seleccionado por Van Gaal para jugar el Mundial. Fue con Van Gaal que comprendió que la mano firme paternal puede tener sus matices. Cumplió las expectativas con el gol de la victoria frente a Australia y con el segundo gol del partido que ganaron contra Chile. Después del partido, Van Gaal declaró: “Memphis tiene una gran clase”.

En su última temporada en el PSV marcó 22 goles y ganó la primera Eredivisie para el club en siete años. Eso le hizo curtirse. Después del Mundial, la familia de su padre, de repente, se puso en contacto con él, pero él los rechazó. Durante un tiempo, estuvo ayudando a un hermanastro que tenía en Ghana y que se había pasado la vida con un pie dentro de la cárcel y otro afuera. Se gastó todo el dinero que Memphis le envió en pocos días y también cortó la relación con él.

Antes, Memphis salía de fiesta con sus amigos, pero ahora se rodea de menos gente, tal y como describió a De Volkskrant utilizando la metáfora de un barco.

“He visto a muchos chicos dejar el barco”, decía. “El barco cada vez es más ligero, el círculo se restringe. Soy un chico decente que invita a sus amigos a cenar, pero cuando dejan de mostrarse agradecidos, se acabó, tienen que bajar del barco. El barco ha llegado a estar atestado de gente. Cuando te sientes solo, estás más predispuesto a dejar que la gente entre. Pero ahora el barco está tranquilo. Navega veloz y ligero”.

Hoy en día, Memphis prefiere quedarse con amigos y su perro jugando a las cartas. Tiene un entrenador personal y un nutricionista que le acompañan. Se avergüenza de unos videos de rap que grabó en holandés.  Acaba de reencontrarse con su padre futbolístico en Manchester, donde este extremo de carácter caprichoso y con una derecha mortífera, lleva puesta la camiseta con el legendario número 7 del United. Tras dos partidos tranquilos en la Premier League, Memphis anunció su llegada el martes con dos goles y una asistencia en el partido clasificatorio de la Champions League que su equipo ganó al Brujas.

Después de este debut, un programa de la BBC en el que pasan resúmenes de la Premier League publicó una nota sobre el partido del día. «Así nos lo ha pedido” rezaba la nota, “llamar al nuevo crack, simplemente Memphis”.


Fuente: Leander Schaerlaeckens es un columnista de fútbol que trabaja para Yahoo Sports. Puedes seguirlo en Twitter @LeanderAlphabet.
Compartir:

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top