Capsulas de Carreño

Proceso vs. Resultado en el Fútbol Base. Por Armando Villegas DT.


Por Armando Villegas 

Cuál posee mayor preponderancia e importancia en un proyecto futbolístico, es lo menos significante, ya que ambas situaciones son válidas sí son interpretadas correctamente a través de una acertada objetividad que define las metas que se aspiran alcanzar desde lo cualitativo y cuantitativo, las cuales son preestablecidas por un diagnóstico situacional que mide las dimensiones, limitaciones, necesidades e intereses reales que forman parte de una institución.

Un excelente proceso formativo conducirá a la obtención de excelentes resultados continuos en el tiempo, a su vez, conseguir buenos resultados en un tiempo considerable avalará dicho proceso. Todo buen proceso formativo posee una serie de contenidos que van dirigidos a desarrollar las competencias físicas básicas para la práctica del fútbol, las cuales deben ser alcanzadas de forma gradual y progresiva dentro de ciertos periodos, etapas y fases especificadas según las edades, para evitar los apresuramientos que atentan con el debido proceso.

Lamentablemente, por el furor de confundir el profesionalismo con las etapas formativas, existe una ceguera colectiva y generalizada por parte de padres irresponsables y entrenadores fuera de base, de confundir el resultado de los scores de los partidos, con el funcionamiento individual y colectivo del grupo que se está formando, donde los resultados cuantitativos pasan a estar por encima de los resultados cualitativos, siendo este último medidor, el que debe ser considerado con mayor interés en el fútbol base.

Pero, es difícil de reconocer los aspectos cualitativos cuando lo que se quiere es ganar en el marcador, como si ganar el partido o los partidos en el fútbol base, es un indicador que garantiza el éxito formativo de los jóvenes jugadores. Veamos la siguiente situación, dos equipos de categoría infantil se enfrentan, uno quiere jugar un juego asociado mediante paredes y triangulaciones, jugando la pelota a ras del suelo, transitando de defensa, medio y delantera, y otro, que aprovecha sus dos buenos delanteros, quienes esperan constantemente un pelotazo que les viene de sus dos centrales. El primero genera varias jugadas construidas con tenencia de la pelota, y el otro sólo juega a pelotear de la defensa a la delantera.

Según esta descripción valoramos el proceso dado por el primer equipo, pero sólo teóricamente, debido que nos interesa es el resultado del marcador, por lo que valoramos al segundo equipo que generó menos acciones ofensivas construidas conjuntamente por sus líneas, pero ganó en el marcador, y desvaloramos al primero que anotó menos goles pero género mayor juego asociado.

Por consiguiente, en el fútbol base los procesos se deben enfocar en valorar los resultados cualitativos de aprendizajes que van adquiriendo los jóvenes jugadores, los cuales proyectarán resultados garantizados cuando culmine su proceso formativo, porque llegarán con una sólida formación de base al profesionalismo. Es decir, que un buen proceso va siempre acompañado de un buen resultado cualitativo, volviendo al caso anterior, el primer equipo forma jugadores con sólidas bases, tal vez no gane algunos partidos, pero aportará mayor cantidad de jugadores al fútbol profesional que el segundo equipo.

Desde esta perspectiva, el éxito de una institución que trabaje con el fútbol base, se encuentra, en saber diferenciar de resultados cualitativos y cuantitativos, donde la premisa es formar jóvenes jugadores con una calidad física, técnica y táctica óptima con la que puedan hacer una carrera en el profesionalismo. Por lo tanto, las instituciones que están consciente que su objetivo primordial es la formación y no la competencia en sí misma como objetivo primario, son las instituciones que se encaminan al éxito.

Por último, la obtención de títulos son importantes, pero no exclusivamente como indicador de éxito de un proceso formativo, estos son más bien considerados con cierto valor al final del proceso, en las etapas juveniles hacia el profesionalismo, donde son otras las necesidades e intereses que se desean conseguir. Mientras que las etapas preescolares e infantiles, es la formación de base el fundamento principal que se busca alcanzar, que radica en la preparación, educación y enseñanza de las disposiciones futbolísticas esenciales que todo niño y niña debe recibir para que pueda aspirar en un futuro, hacer del fútbol un proyecto de vida.
@dtarmando
@dtarmandovillegas

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