Capsulas de Carreño

Pues sí, se ganó (Jorge Iván Londoño Maya)

Jorge Ivan LondoñoPor Jorge Iván Londoño Maya

*Del partido de Nacional contra el Tolima creo que muchos quedamos llenos, pero no satisfechos.

Se ganó, si, y con méritos porque la apuesta de Nacional fue más contundente que la del Tolima. Pero tan bien es cierto que seguimos  con muchas falencias de orden táctico y técnico. En lo primero tenemos un ataque tipo embudo, porque las puntas no funcionan, excepción hecha hace dos partidos, gracias a la aparición milagrosa de Marlos Moreno, un diamante sobre el cual estuvieron parados varios técnicos, sin que lo hubieran notado. En defensa, muchos seguimos dependiendo del “Valium” para aguantar el susto que genera el riesgoso juego corto entre defensas y entre estos y el portero.

En lo técnico, la mala entrega sigue imperando, lo mismo que aquellas jugadas “de más”, que dejan al equipo mal parado frente al contragolpe que, “sin querer”, se encuentra el equipo rival. Súmele el intrascendente juego de algunos, Berrio por ejemplo, sin desborde, y para ajustar pasado de revoluciones en todo sentido. Otro que se puede sumar a esta lista es Gilberto García, de poca trascendencia en el ataque y a veces con errores que paran el pelo.

Uno no sabe hasta cuándo se debe esperar para ver en funcionamiento la idea del nuevo técnico, quien a propósito afirma que “a ratos el equipo refleja lo que él quiere”. Ojalá esos “ratos” se vuelvan de 90 minutos y que no nos coja la noche, porque uno si ve equipos que a estas alturas del campeonato, tienen muy definido su plan de juego, por ejemplo, que propuesta de juego tan interesante tiene Alianza Petrolera,  que le permite liderar la tabla de posiciones con sobrados méritos.

Otra reaparición con lujo de detalles fue la de Sebastián Pérez, mandado al ostracismo por Osorio. Pueda ser que el profesor Rueda nos siga dando sorpresas, porque “piñata” de donde escoger si tiene, y que consolide de una vez por todas la propuesta de juego.

Ñapa: Me parece que los cambios contra el Tolima merecieron ser más oportunos, porque por nada estuvieron a la par con la bendición que el profesor se dio al terminar el partido. Ah, y nosotros también.

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