Capsulas de Carreño

¿Qué pasa, Leonel, que pasa? (María Victoria Zapata, Dama Roja)

MARIA-VICTORIA-ZAPATAPor María Victoria Zapata B.

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* El fútbol actual del DIM no nos regala ni siquiera unas migajas de esperanza. No es posible entender que pasó con el DIM.
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Una derrota  más  anoche en el juego de la  décimo séptima fecha,  con  el 0-2 en el Metropolitano, ante el Atlético Junior , de Barranquilla,  y una decepción que se acrecienta con el fútbol vergonzoso  e indolente  del Deportivo Independiente Medellín.

Un revés  sin atenuantes para un DIM cada vez más desdibujado…

De nada han  servido los recesos  en el campeonato con motivo de las eliminatorias al Mundial ni la jornada electoral en Colombia, efectuada el domingo inmediatamente anterior,  puesto que  en  cada  fecha  que transcurre el  juego del DIM se diluye  cada vez más, el  nivel  de los jugadores es cada vez más bajo y el trabajo del cuerpo técnico luce cada vez más obnubilado.

Atrás quedaron  el  promisorio fútbol de comienzos de temporada,  el talento y la voluntad  desplegados por nuestros jugadores  y cuerpo técnico en esos  primeros compromisos la Liga Águila II del presente año,  la ilusión que pintó  profusamente de rojo y azul las graderías del Atanasio Girardot , el protagonismo del Equipo del Pueblo en el torneo, la holgada ventaja en la reclasificación  y  la fe en una participación internacional en Copa Sudamericana.  Y, de seguir deambulando sin rumbo, tal como lo hizo el DIM anoche en su  derrota, 0-2,    ante el cuadro tiburón en la capital atlanticense,  se desvanecerán por completo  los  ya   muy escasos  anhelos de la sexta estrella y del regreso a la Libertadores.

No hay disculpa  para este nuevo revés rojo,  el quinto en el torneo. Ni la  ausencia de Daniel Torres, por acumulación de amarillas,  la lesión de Didier Moreno, al minuto 66,  ni la expulsión de Fabra, al 71,  excusan la paupérrima presentación del DIM  en el estadio Roberto Meléndez  ni su derrota, muy merecida, ante el Atlético Junior.  En Barranquilla, Independiente Medellín fue una continuación de lo que hemos observado desde fechas atrás: un equipo que no defiende, no genera juego y malogra las escasas opciones de gol que crea.  Un equipo sin orden, sin ideas y sin las soluciones que deberían partir del banco. Un equipo con once jugadores en la cancha de los cuales algunos simplemente visten el uniforme ( Horroroso el de anoche, entre otras cosas)  otros  que solo hacen acto de presencia en el gramado  y  algunos más, muy escasos por cierto,  con un  aceptable rendimiento.

 La epidemia del bajo nivel y  la apatía, atacó a la casi totalidad de titulares y suplentes del Deportivo Independiente Medellín y la  grave enfermedad que dejó acéfalo al equipo, afectó igualmente al cuerpo técnico rojo.

El DIM es, hoy por hoy, un onceno  que no muestra  argumentos para  darle un impulso, ni siquiera leve, a la ilusión.   No es posible entender que pasó con el DIM…

En ese orden de ideas, no hay  ningún  por qué  a  la derrota.  Es comprensible el 0-2. Pero si hay muchos interrogantes sobre el comportamiento del DIM en la cancha y en el banco, con un fútbol, una actitud y unos resultados que no se compadecen de la nómina,  del cuerpo técnico ni del esfuerzo de la dirigencia que encabezan  don Raul Giraldo, máximo accionista, y Eduardo Silva Meluk, presidente.

Duele, y  mucho,  ver  al  DIM en este deplorable estado. Golpea el alma ver a nuestro querido  cuadro rojo  despojado totalmente de jerarquía, de ambiciones y  de  combatividad.  Y lastima demasiado  preguntarse  constantemente  a que juega Independiente Medellín, porque  la razón nos replicará siempre lo mismo:  A NADA…!!!

Por eso, en este momento oscuro, interrogo al director técnico Leonel Álvarez,  en busca de las  respuestas que mente y corazón reclaman:

¿Qué pasa, Leonel, con ese hoy amnésico DIM que perdió  su libreto, su memoria  y su fútbol?

¿Qué pasa con ese  hoy apático DIM,  al  que le faltan no solo  fuerza afectiva, ganas, ambiciones sino, además, la sangre en las venas  de  sus hasta hace poco   guerreros para emprender la lucha por  el ideal del título?

Qué pasa con ese hoy  amodorrado  DIM,  que   confundió  los sueños con  el aletargamiento y  que cambió  el empeño por el  desinterés?

¿Qué pasa  con ese hoy obnubilado DIM, que extravió su  luminosidad y su  ardentía  y que  resigna sus anhelos  y propósitos en   las tinieblas de su propia confusión y  aturdimiento?

¿Qué pasa con ese hoy   decepcionante DIM, que  de manera inexplicable mutó de la magia  a la improvisación  y convirtió su  fútbol de  fantasía en la aplastante realidad de un juego sin imaginación, orden  ni brillantez?

¿Qué pasa con ese hoy  apagado DIM,  al que se le extinguieron  la solidez de su zaga, las ideas de su  medio campo,  el talento de su  delantera, la capacidad de su cuerpo técnico y  la chispa de su fútbol?

¿Qué pasa con ese hoy  desorientado   DIM, que se quedó sin adalid, que   dejó tirado en algún  recodo del camino su brújula, que  se desvió del norte de sus ambiciones y que   se olvidó   de las metas trazadas y los objetivos propuestos?

¿Qué pasa con ese hoy intrascendente  DIM,   que muestra un fútbol sin color, sabor ni picante,  que carece de juego individual y colectivo y en el que  no se observan  gestión técnica como tampoco  táctica ni estrategia  algunas?

¿Qué pasa con ese hoy  desamparado  DIM,   huérfano   de jugadores entusiastas,  de  líderes en la cancha, de  luchadores en su ataque,  de defensores en su zaga y, sobre todo,   de un motivador  por excelencia  en su banco?

¿Qué pasa, Leonel, con ese DIM que con un fútbol sin jerarquía,  sentido de pertenencia  ni vergüenza,  nos  cambió la ilusión,  los sueños y la alegría por la desolación, la impotencia y el desasosiego?

Hoy, con infinito dolor, es preciso reconocer  que carecemos de   argumentos para  darle un impulso,  aunque sea  leve, a la ilusión.  El fútbol actual del DIM no nos regala ni siquiera unas migajas de esperanza . No es posible entender que pasó con el DIM…¿Usted lo entiende, Leonel?

¿Qué pasa,  con nuestro amado DIM,  usted sabe qué pasa?

[María Victoria Zapata B.]

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