Capsulas de Carreño

Racing arrasó a Nacional

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

 

 

* Fue una  eliminación humillante, y  una ilusión y una esperanza destrozadas.
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Con la esperanza tatuada y con la ilusión sin destapar, llegamos al Cilindro de Avellaneda, para cumplir la cita del partido de vuelta entre Racing y Nacional, que repite el uniforme negro con ribetes verdes y Racing con su tradicional camiseta blanca y rayas azul clarito.

Graderías repletas de “ches” y un buen número de hinchas verdes, que hasta con bombos y platillos animaron la tribuna asignada. No se imagina uno por las que tienen que pasar estos incondicionales aficionados en sus desplazamientos al sur del continente, creería uno que hasta con camioncito de trasteos para llevar los instrumentos, porque los bombos no se pueden desinflar.

Comienza el partido bajo las órdenes del árbitro venezolano, que a decir verdad nos generaba dudas, pero que al final creo que no tuvo inconvenientes. De entrada, y como se suponía,  aparece la tromba de la academia, primeros segundos y llega la primera opción de gol, balón que sale desviado.

 

El monólogo va dibujando a un Nacional enconchado atrás y a un Racing que genera peligro por las puntas, por el centro, por arriba y por abajo; Castillo salva en unas y la mala puntería de los atacantes en otras. Nacional no atina a coger el balón, y cuando lo hace, casi siempre en los pies de Deossa, al que le dieron guayo por boca y nariz, muy rápido lo perdía. Jefferson y Cantera estaban pero en plan de ver el partido desde la grama. Solís, Moreno y Duque no sabían a cuál de los 22 marcar, porque aparecían por duplicado.

 

Minuto 28, centro desde la izquierda para que Roger Martínez se eleve por encima de la humanidad de Zapata, que se queda sembrado como si tuviera dolor de ombligo, y anote el primero de cabeza. Se acaba el primer tiempo y Ángulo y Castro salen al camerino viendo luciérnagas por las encerronas que les pegaron por sus puntas. Zapata perdido y Aguirre, siempre el mejorcito, hace lo que tripas corazón.

 

Tiempo de juguito de mora con sanduchito, a lo que no le sacamos gusto, porque era superior el sustico de lo que se advertía para el segundo tiempo, sabiendo que Racing estaba a un gol de empatar la serie.

 

Y así fue. Comienza el segundo tiempo y en 2 minutos eso parecía la hora llegada, con llegadas en masa de Racing. Minuto 49 y en un rechazo de la defensa, Ojeda recibe el balón en la mitad de la cancha, avanza por el corredor derecho a lo que da el tejo, nadie le llega a marcarlo o a  mancarlo aunque sea, entra al área, Castillo le sale y le mete el balón por debajo de la humanidad y se empata la serie. Gol que da pena en un partido de Copa Libertadores.

 

Minuto 56, jugada de Roger “dolor de cabeza” Martínez en el área, se saca dos jugadores verdes y manda un centro al área chica para que Aguirre se encargue de meterla en su propio arco, ante la impotencia de Castillo. Como quien dice, les regalamos el gol de ventaja.

El asunto se pone 5 a 4, es decir, de pa´rriba, porque no vemos como Nacional pueda hacer un gol El técnico Gago, todo el tiempo en la raya manejando la batuta con elocuencia, tras este gol, pedía a sus jugadores tranquilidad y mesura; mientras tanto, el técnico Amaral, sabrá Mirús en donde se escondía porque nunca lo enfocaron, seguramente daba instrucciones vía celular. En ese sentido Nacional estuvo huérfano de alguien que al menos los mandara para la porra por lo mal que estaban jugando.

Al minuto 60 entran en patota Palacios, Ramirez, Tatay y Román, lo que le cambia el decorado a Nacional que se muestra, ahora sí, decidido a empatar la serie. Al minuto 80 entra Asprilla, para que al menos conste.

Nacional ataca en desorden, casi siempre por el centro por donde se concentran las medias azules. Tuvo más chance Racing de aumentar que Nacional de empatar.

Agotados los 5 minutos de adición termina el partido y se hace efectiva la eliminación de Nacional, cuyos jugadores asumieron este partido sin la ardentía, el pundonor, la entrega y la actitud que merecía la instancia que se estaba jugando, y el cuerpo técnico, por su parte,  sin la inteligencia y la astucia, porque quedó demostrado que cuando entraron los que entraron, el cambio fue total. Esas cualidades si las tuvieron los jugadores y el técnico de Racing, que salieron a comerse vivo a Nacional, y no dejaron ni el pegado. Fue una  eliminación humillante, y  una ilusión y una esperanza destrozadas. Que se puede perder, claro que sí, pero que se pierda con honor.

“Nadie está a salvo de las derrotas, pero es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños, que ser derrotado sin saber siquiera por qué se está luchando”. Paulo Coelho.

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