Capsulas de Carreño

Shaw, arquero de 46 años y 116 kilos


Por LUIS VENTOSO – abc_deportes

Wayne Shaw, un corpulento portero suplente de 46 años y 116 kilos, enrolado en el modestísimo Sutton londinense, un club de Quinta División, lo tenía imposible para labrarse un nombre en el fútbol. Pero lo ha conseguido merced a su buen apetito. Hasta que su broma acabó en lágrimas.

El lunes, en el minuto 82 del partido de octavos de final de la Copa inglesa entre el matagigantes Sutton y el poderoso Arsenal, el inmenso y colorado Shaw sorprendió a los televidentes de todo el país zampándose con voracidad en el banquillo un bocata de carne y patatas. El problema es que se sospecha que su gula atendía a un amaño con las casas de juego. El portero ha sido despedido al destaparse que la firma de apuestas Sun Bets, que patrocinaba al Sutton en la ronda copera, pagaba ocho libras por cada una que se apostase a que el guardameta se comería un bocadillo.

«Pensé que era una broma divertida y decidí hacerlo. Ya habíamos hecho los tres cambios y perdíamos 2-0. Así que fui a la caseta en el descanso y cogí el bocadillo, que era de carne y patatas», se justifica Shaw, que asegura que no apostó. Pero la Federación Inglesa de Fútbol (FA) y el organismo que regula el juego han abierto un expediente, dado que una ley de 2014 prohíbe apostar a jugadores, técnicos, directivos y empleados de clubes. El Sutton, fundado hace 118 años, lo despidió en la tarde del martes. Había llegado hace seis temporadas como entrenador de porteros, pero acabó convirtiéndose en el meta suplente y hasta disputó 31 partidos.

«Wayne Shaw ha dimitido del Sutton United después de los acontecimientos de la pasada noche y su posterior publicidad. El jugador ha dicho que entiende completamente la posición del club con respecto a este asunto», reza el comunicado del club. El entrenador añadió que la marcha del portero ha sido «una situación muy dura», porque «el hombre no podía parar de llorar cuando lo llamamos para decírselo». El Sutton era su medio de vida. Aunque tiene su residencia en una ciudad costera del Sur, trabajaba en tareas de mantenimiento en las instalaciones del club londinense de lunes a jueves y hasta dormía allí.

No es la primera vez que Shaw tiene que salir del Sutton por un lío. Durante un partido de 2013, un hincha del equipo rival se mofó de su pinta, de su simpático rostro redondo, su pancita y sus pectorales caídos. Shaw saltó las vallas publicitarias y se fue a por él con toda su humanidad. Pasadas unas semanas, el club lo readmitió.

La peripecia del bocadillo ha empañado la bonita fábula copera del Sutton, que ha sido el hito de su larga y anodina historia. Hasta que el Arsenal lo eliminó el lunes, había superado cuatro eliminatorias y hasta había apeado al Leeds United, una competente escuadra de Segunda. Con su inesperado éxito en la Copa, el Sutton ha ganado un millón de libras, una bendición para un club con un estadio de 5.000 espectadores, de solo 765 asientos y compartido con otros equipos.

Aunque las simpatías populares están con Wayne Shaw y su bocadillo -el vídeo con sus dentelladas arrolla en internet-, la comisión gubernamental que regula el juego se toma en serio lo ocurrido: «La integridad del juego no es una broma y hemos abierto una investigación».
(Fuente: ABC-España)

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