Capsulas de Carreño

Solamente la mano de Dios podría eliminarnos

Todo lo hecho hasta ahora, incluido el haber superado adversidades y atropellos de todo tipo, merece el reconocimiento comenzando por el cuerpo técnico, Foto @nacionaloficial.

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

La noche de las velitas fue el preámbulo para esta última fecha de los cuadrangulares, que servía de presentación en sociedad de los dos finalistas del torneo.

 

Los primeros en subir el telón fueron los del grupo B, en el que el Tolima se ganó el derecho, al vencer por un gol al equipo merengue, que recuperó la memoria en el segundo tiempo, la misma que el árbitro Hinestroza perdió el omitir decretar una falta penal a favor de los hijos del Ruiz.  En el otro partido los diablos del América emergen del infierno de la eliminación, y le ganan al Junior, el equipo de los amores agazapados.

 

Los encargados de bajar el telón fueron los del grupo A, en el que Nacional por poco le repite la dosis al Santa Fe al ganarle con contundencia y solvencia por 0 a 3 en el mismísimo Nemesio Camacho; y el ¡Que viva Pasto! carajo, se le planta a Millonarios y lo obliga a firmar el empate a cero goles y de paso a sellar su eliminación.

 

Estos resultados, plantan a Nacional y al equipo pijao en su tercera final, siendo la última la del primer semestre del 2022, en la que el verde, siendo su arriero Hernán Darío Herrera, le sacó al Tolima en Ibagué la copa del bolsillo de atrás, en el último minuto con gol de cabeza de Jarlan, ante cobro de tiro de esquina de Yeison Guzmán. El destino nos da sorpresas.

 

El primer tiempo de Nacional en Bogotá fue de postín, por el juego, la solvencia, el despliegue y los dos goles conseguidos, veamos:

 

Minuto 15. Punta derecha. Marino a Román que centra, taquito de Cardona a Sarmiento que acomoda el balón en el fondo de la red.

 

Minuto 30: Punta izquierda. Cardona a Ángulo quien cayéndose hace el centro para que entre Morelos y defina. Con este gol se rompe el hielo en la tribuna, y  aparecen los hinchas de Nacional, que estaban de camuflado veintejuliero, para la celebración.

 

Minuto 50: ataque colectivo por el centro, Sarmiento  pasa a Román quien saca derechazo de “tres dedos” y anota el gol de la fecha. Ahora si dedicación de los jugadores verdes con la hinchada apostada en la tribuna, mientras a los lados se notaba la decepción de los aficionados cardenales.

 

Termina el partido y jugadores, cuerpo técnico e hinchas, esperan el final del encuentro en Pasto, al que le dieron 6 minutos de adición, más uno de ñapa. El eco del Galeras hace llegar el pitazo final al Campin y a todo Colombia,  y todos allá, y todos acá, y todos acullá, celebramos la clasificación del verde a la final; clasificación que se “arrejunta” con la de la Copa Colombia. ¡No hay trapitos!

 

Así las cosas, este jueves será el partido de ida en el Atanasio entre Nacional y América por la Copa Colombia. Las fechas de los demás encuentros quedan en hervor, para que Nacional pueda afrontar las dos copas. Lo que si es cierto es que Nacional comienza de visitante frente el Tolima y cierra en el Atanasio.

 

Las calificaciones de Nacional en este cuadrangular lo muestran como el alumno más destacado del salón, incluso desde ya con cupo asegurado para la Copa Suramericana, logrado por  reclasificación, lo que nos permite llegar a estas finales, no confiados, pero si ilusionados en hacer un magnífico papel.

 

Todo lo hecho hasta ahora, incluido el haber superado adversidades y atropellos de todo tipo, merece el reconocimiento comenzando por el cuerpo técnico, que al comienzo generó un mundo de incógnitas, de sinsabores y de dudas, pero que partido a partido fue consolidando una forma de trabajo, que comienza a dar frutos.

 

Así mismo a los jugadores, que de ser individualistas pasaron a ser una familia, y vienen aportando no solamente su saber en el juego sino la actitud y el sentido de pertenencia con la institución.

 

Y porque no, los directivos, que aún con su silencio en momentos críticos, van de la mano con este proceso.

 

Solamente la mano de Dios podría eliminarnos.

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