Capsulas de Carreño

Soler en la memoria. Por Pablo Arbeláez Restrepo

El Lancero Mauricio Soler, en la Vuelta a Suiza de la que llegó a ser líder. Foto cortesía Movistar Team.

El Lancero Mauricio Soler, en la Vuelta a Suiza de la que llegó a ser líder. Foto cortesía Movistar Team.

Por Pablo Arbeláez Restrepo

Pablo Arbelaez

Cada Vuelta a Suiza es un recorderis que se hace añadido a la memoria de Mauricio Soler.

Este martes venidero se cumplirán cuatro años de la tragedia del Lancero, cuyas ilusiones quedaron incrustadas contra un tubo de un parque infantil.

Si, tragedia y no sirven los sinónimos, porque el accidente de Juan Mauricio, hoy con 32 años, es sentir la frustración por la pérdida de las carreteras de quien pudo haber llegado a ser uno de los mejores escaladores del planeta del pedal.

Hoy, cuando se hace inquieta la carrera helvética, con la estupenda actuación en la segunda fracción, de Julián Arredondo (Trek) y Miguel Ángel Superman López (Astana), es inevitable, y por demás necesario traer el recuerdo del bravo escalador de Ramiriquí.

Lo sucedido aquel 16 de junio de 2011 en la sexta etapa, cerca a Saint Gallen, será difícil de olvidar. Esas primeras noticias hablaron de un delicado trauma cráneoencefalico severo, con edema cerebral. Cruel castigo de la vida para quien cuatro días antes se enfundara la camiseta amarilla de líder, esa que hoy luce con orgullo el holandés Tom Domoulin (Giant).

Las semanas de larga espera, para que el espigado atleta del equipo Movistar saliera del coma inducido, fueron todo un martirio a cuentagotas. El aliento y la compañía de Patricia Flórez, fueron clave para que Soler superara el trance inicial y realizara un largo proceso de recuperación.

Para fortuna del estupendo escalador y su valerosa mujer, Mauricio recobró mucha de su capacidad física, para poder disfrutar juntos en familia con su hijo Juan Mauricio, el simpático Cachetes.

Cosas tienen el ciclismo y la vida como la sucedida con Mauricio, el Lancero, quien hace poco se le vio en compañía de Alberto Contador, con motivo del Giro, en el que el boyacense se dio su pasada, para recordarle a la gente del pedal, que la vida te brinda segundas oportunidades. Por eso hoy, más que nunca, es que tenemos al Lancero en la memoria.

 

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