Capsulas de Carreño

Tema de debate: apunta a Difútbol

Con presiones, Álvaro González llegó a Difutbol y sacaron a José Saúl Velásquez. Se quedó para siempre con tareas sin cumplir: la categoría C, departamento de comunicaciones. Foto tomada del diario La Patria.

Por José Saúl Velásquez Restrepo.

*Sin ninguna aspiración, en el ocaso de mi vida, con todo respeto presento una reclamación a los gobiernos de Colombia desde 1990 hasta el actual.

Cómo es posible que en tan largo período el FÚTBOL AFICIONADO DE COLOMBIA  tenga dueño?

Cuándo ejercí la Presidencia de DIFUTBOL, después de un muy exitoso período de cuatro años y SIN PEDIRLE UN VOTO A NADIE, fui reelegido por unanimidad para un segundo mandato. Terminando el primer año, se presentó un enfrentamiento entre un grupo Cali y otro de Medellín para ocupar la presidencia de la FEDERACIÓN COLOMBIANA DE FÚTBOL, destituyendo arbitrariamente a don LEÓN LONDOÑO T.

De acuerdo con los estatutos de la MÁXIMA RECTORA, LA DIMAYOR, presentó un candidato para que la DIFUTBOL, diera su visto bueno y proceder al nombramiento.

Ante muchas cámaras de TV y micrófonos al frente, mi preguntaron, si estaba de acuerdo con el candidato de la DIMAYOR; sin vacilar un instante, dije: NO.

En ese momento, la tomaron contra mí hasta obligarme a renunciar con carta que aún  recuerdo:

“Por miedo presento renuncia irrevocable a la presidencia de DIFUTBOL. Lástima que el régimen del terror se adueñe de la noble causa del fútbol de Colombia.”

El presidente de la república, César Gaviria y el fiscal, De Greiff, Coldeportes, la Contraloría, y muchos más, se hicieron los de la vista gorda y ni siquiera me llamaron a que diera una explicación, a pesar de tratarse de una institución de carácter nacional y de que, públicamente, en una entrevista por Caracol denuncié con nombres propios a quienes tanto estorbaba mi presencia en esa junta directiva donde siempre hablé claro y concreto como me enseñaron mis padres.

Ese mismo día tomaron la presidencia de DIFUTBOL. Por estatutos, el cargo era honorífico; me reemplazó un ejecutivo que trabaja a sueldo.  El Presidente de la Federación pasó rápido y el segundo sigue ejerciendo.

El poder total se vuelve un vicio; quienes lo explotan buscan todos los medios, para conservarlo y anteponen sus intereses personales a la misión organizacional, estancado su desarrollo  como puede evaluarse con un modelo holístico.
Por José Saúl Velásquez Restrepo.
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