Capsulas de Carreño

Tigres, a dañar caminados. Por Luis David Obando.

Por Luis David Obando

* El pestilente olor al descenso está haciendo estragos en el ánimo de jugadores y aficionados.

Tigres llegó ‘de carambola’ a la Liga: lo subieron en el último segundo Pereira y Leones, que no pudieron con la responsabilidad de ascender por sí mismos en su juego decembrino en Itagüí. Desde entonces, como ya había pasado un par de veces con Fortaleza, podía saberse de antemano qué equipo sería el primer descendido en 2017.

El mejor rendimiento que han tenido los Felinos de Bogotá fue precisamente en su estreno en la Liga, con 4 puntos en las dos primeras jornadas: empate visitante a cero ante Once Caldas y triunfo local por 1-0 ante Cortuluá, a la sazón colero final del campeonato. A partir de ahí, la mediocridad fue una palabra grande para lo que hizo, a pesar de que por debajo en la tabla tuvo a Envigado y el señalado Cortuluá.

Así que, pese a no cargar el farolito de su primera Liga (2017-I), no puede hablarse de una campaña decorosa. Tampoco, a decir verdad, en la 2017-II, por mucho que la irregularidad de otros equipos le permita estar a unos pocos suspiros del clan de los ocho: ganó el primer juego por la mínima diferencia y luego perdió tres seguidos.

Entonces al DT, John Bodmer, se le iluminó el bombillito: recuadró su esquema táctico, transmutándose en un equipo de nueve hombres en las dos primeras líneas. Una desesperante muralla, con la paciencia y a veces la capacidad de desdoblamiento suficientes para hacer daño en eventuales contragolpes. De ahí para acá ganó 4 juegos, empató 3 y perdió otros 4: rendimiento del 45 por ciento.

Y ahí sigue Tigres, en su legítimo derecho de coronar la aspiración de meterse en las series finales a pesar del previsible retorno al Torneo. Quién sabe si lo logra, pero en el camino va dejando regueros de daños a equipos, como esta semana el América. Ni más faltaba que tuviera que perder todo lo que tiene por delante por tener la lápida del descenso bien colgada al cuello.

Lo del América es cuento aparte: además de jugar los partidos, lo está haciendo contra su propia condición mental, amén de la pobreza efectiva de su nómina (si bien bastante superior a la de varios coaspirantes al descenso: Cortuluá, Jaguares, Bucaramanga…). Aunque la tabla dice que en dos cotejos puede ‘cuadrar caja’, el nulo margen de error está pasando su factura en términos de ansiedad.

Cualquier cosa puede pasar: siguiendo las tendencias, capaz de que el partido América – Bucaramanga de la última jornada sea el que defina las cosas en esa pestilente zona del descenso. Pero eso es pura especulación. Mientras tanto, no solo se requiere mucha muñeca en el DT Da Silva sino un apoyo urgente de algún psicólogo deportivo que ayude a poner neuronas y actitudes en su sitio.

Sean cuales fueren los descendidos, la verdad de fondo es que Colombia no tiene equipos para una Liga de 20 participantes. No hay que olvidar que ese número se les ocurrió para ayudar al América a ascender, y ni así en esa ocasión. Aunque lo más probable es que no pase nada con eso (los apetitos comerciales vencen a la razón), lo cierto es que el mercado del fútbol colombiano, en calidad y cantidad, apenas sí da para 18 equipos en la A e igual número en la B.

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EXTRATIEMPO. Ya son varios los llamados de atención a este respecto: la página web de la Dimayor, con recientes cambios en el proveedor de estadísticas, desmejoró mucho su información y presentación. Importante volver a los datos de televisación de los juegos, así como urgente el ordenamiento de los datos en las tablas de posiciones. Su lecturabilidad actual da grima.

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