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Todos botamos el taco
- Actualizado: 29 septiembre, 2024
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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.
Gracias a la legión armada de los “angelitos”, que en el partido de Nacional contra el Junior, armaron la de Troya, el partido contra Chicó se jugó a puerta cerrada y con candado, dando así cumplimiento a la medida decretada por la Alcaldía, que a falta de uno le aplicó dos partidos de local en silencio sepulcral, más otras arandelas; eso pues, sin tener en cuenta el correazo que viene de parte de la comisión disciplinaria.
Las dos de la tarde, hora de siesta, fue el horario asignado. Cancha impecable cobijada por 25 grados de temperatura. Salida de los equipos con jugadores y algunas camisetas intercambiadas, que dieron la sensación de un helado veteado de uva morada y limón.
El técnico Juárez optó por alinear a tres “nuevos”, Guzmán, Zapata y Castro. De resto los mismos, incluido el portero Marquines, que le está ganando el pulso a Castillo, y que Ospina se tenga fino.
Todos, equipo e hinchas, teníamos ese sabor de boca de lo hecho en el primer tiempo y en los primeros 10 minutos del segundo, del partido contra el Junior; y también el taco por la forma tan abrupta, inesperada y trágica como terminó; así que éste partido tenía como propósitos no solo ganar los tres puntos, sino darle continuidad al buen fútbol, y botar ese taco que nos produjo aquel final de horror.
El saque se hizo con balón aéreo que toma Marino, la estrella que asoma en la noche despejada, hace el centro, balón que llega por rebote a Sarmiento quien lo levanta para que entre Ángulo y de potente zurdazo lo mande al fondo de la red, 23 segundos se necesitaron para romper el celofán. Una lástima que los justos que van al estadio, castigados por los pecadores, se hayan perdido este maravilloso inicio de partido y lo que sigue.
Minuto 4,30, Cardona, excepcional en su entrega, en su juego y en sus pases, cobra tiro de esquina, balón que es despejado al centro del campo, le llega a Ángulo que saca un cañonazo, pongámosle desde 30 metros para no “chicaniar”, y mete el balón por entre las manos del portero y el horizontal. Era el segundo del partido y de la cuenta personal de don Álvaro, que en ese tempranero momento se convertía en genio y figura.
Pero esto no paraba allí. Al minuto 17, entrada de Ángulo por su franja, centro al área, Sarmiento disputa el balón con un defensa, lo gana, dispara al arco y anota el tercero. Bien por Sarmiento que necesitaba de ese gol para bajar la marea alta que venía generando su irregular juego.
En los primeros 20 minutos no solo eran los goles, era el juego sincronizado, era la actitud, eran las ganas de lucirse de cada jugador, así fuera sin aplausos y sin cánticos.
Aparece la lluvia que entra sin pedir permiso, pero el agua no hiere, sana y salva, y también llega una jugada colectiva del verde, que termina en otro matracazo, esta vez de Zapata, que recibe pase de Cardona y libre de marca, desde fuera del área, vence al portero, para aumentar el marcador a cuatro goles; corría el minuto 28.
A punto de terminar el primer tiempo, minuto 42, el Chicó cobra tiro de esquina y luego de ires y venires, Támara anota el gol del descuento.
Para el segundo tiempo el técnico manito hace algunos cambios, más para refrescar la nómina que por necesidad táctica. Y siguiendo la misma tónica, a los 3 minutos llega el centro de Castro que capitaliza Morelos para el “no hay quinto malo”. Al minuto 50 se produce una salida de Chicó, que termina con centro al área, cabezazo de Gómez, balón que pega en el antebrazo de Tesillo y descuadra a Marquines. Es el segundo y último del equipo ajedrezado.
Minuto 53, otra llegada colectiva de Nacional, que incluye jugada de inteligencia de Cardona, que dejar pasar el balón para que lo aproveche Morelos, que le pasa a Marino quien entra al área y allí es derribado por un defensa, por lo que se decreta el penal. Cobra Cardona y se llega a la media docena. De ahí en adelante fue un partido de trámite notarial, pase allá, venga aquí, suba, baje y firme.
Lo hecho por Nacional en los 55 minutos jugados contra el Junior, y en los 92 contra Chicó; su nueva disposición, la nueva mirada del técnico a la nómina, los goles anotados, los seis puntos conseguidos, así nos arrebaten los tres contra el Junior, son la muestra real de que algo bueno comenzó a gestarse, y que cuerpo técnico y jugadores, ahora sí, van cogidos de la mano. ¡En horabuena!
Seguirá el silencio en la tribuna y el alboroto en los escritorios. Seguramente de cero en conducta pasaremos a 4,5 por un ratico, hasta que vuelvan las costumbres de siempre y las medidas de nunca.
“La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo”. Platón.
Roberto Usme Motta.
30 septiembre, 2024 at 8:42 am
Por comentario de Jorge Iván Londoño
Sr, Londoño, mis respetos. Me alegra tu felicidad al ver un Nal lleno de fortaleza y con un DT que tiene la varita mágica para enderezar el camino a la otra estrella, según tu relato esto fue una «pelea de toche con guayaba madura.
Roberto Usme Motta
Hincha de DiM
Envigado.