Triplete para celebrar el Tricampeonato

By Alfredo Carreño
Updated: 10 febrero, 2025

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

Ahora si en casita, y ante 35 mil invitados, Nacional presentó en sociedad las tres copas logradas en un santiamén. Como campeón del segundo torneo 2024, conquistada en el Atanasio frente al Tolima, y las dos conseguidas a domicilio, la de la Copa Colombia, alzada dentro del camerino y sacada del Pascual Guerrero en tanqueta, y la Supercopa, que pudo levantar tal como se acostumbra, en el estadio de Bucaramanga, en donde seguramente recibió, así fuera tímidamente, el aplauso de algunos hinchas bumangueses, y de los diez parciales verdes que gritaron “libre por nosotros”, al final del partido.

En la zona mixta abrazo viene y abrazo va, entre ellos el de Ospina con Carlos Darwin Quintero, quien también recibió las palabras del técnico Gandolfi, que para este partido optó por el saco azul y las medias incoloras.

Nacional con algunos cambios debido al trajín normal, más el debut con 17 años de edad de Cristian Uribe, hijo de Turbo, como marcador izquierdo ante la ausencia de Román y de Castro, y quien al final puso la nota emotiva y sentimental con su abuela Rosa.

El Deportivo Pereira, de la mano de Luis Fernando Suárez, en la lista de nuestros cercanos, se plantó en los primeros quince minutos del partido y tuvo dos muy buenas opciones conjuradas por Castillo, nuestro héroe supercopero; la primera un tiro libre cobrado por Quiñones, y la segunda un disparo de Darwin. Después de este cuartico de hora matecaña, es Nacional el que toma la sartén por el mango y comienza a generar llegadas al arco custodiado por el uruguayo Salvador Ichazo, el nombre más apropiado para un arquero.

Al minuto 33 falta en área contra Matheus, que el buen árbitro Carlos Betancur pita como penal; cobra Morelos para abrir el marcador. Faber Gil y Morelos desperdician dos oportunidades claras de gol antes de que termine la primera parte.

Para los 45 minutos finales, entra Marino por Arce, de quien esperamos que no esconda más el juego que se le conoce; lo mismo podríamos decir de Faber Gil, con su motilado estilo 7 de diciembre.

De entrada Nacional muestra mejor disposición, pero es Pereira el que tiene la mejor opción al minuto 51, remate que sale silbando “mal hombre” por el vertical derecho, y un minuto después es Darwin el que se pierde el gol del empate.

Nacional riposta y aumenta el marcador al minuto 57 con un matracazo de izquierda de Viveros, ante pase perfecto de Morelos; y como al que no quiere caldo se le da el seco, al minuto 83 Cardona, quien había entrado minutos antes, habilita a Viveros para que repita otro potente disparo y pare el “segundero” en tres, que bien pudieron ser 4 o 5, porque el mismo Viveros y Cardona desperdiciaron en sendas oportunidades en una misma jugada.

Al final del partido dos acciones para enmarcar. El regalo de la camiseta que Marino le hace a un joven que se la pide a través de una pancarta hecha en cartulina, y el emotivo saludo de la abuela de Cristian Uribe en su debut como profesional. ¡Dito Dios!

Triunfo para celebrar el tricampeonato, para ubicar a Nacional como primero de la tabla, para consolidar el grupo, para reconocer que faltan ajustes en el juego y que los jugadores incorporados no han sacado a relucir el juego que sirvió de referencia para su contratación. Ahí tienen pues don Javier y su grupo de asistentes, trabajo hasta para llevar para la casa, para poner a punto el equipo en estas semanas previas a la Copa Libertadores, que es el objetivo UNO-A de este año.

“El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido”. Jorge Bucay.