Un doping que da lecciones (Fernando Otero, Olé)

Por Fernando Otero,
ole.com.ar

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*Acaso si la propia experiencia los avala para certificar que la droga social favorece el desempeño atlético.
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Los miembros del Tribunal de Disciplina de Conmebol deben orinar agua bendita: puestos a analizar qué sanción le correspondía a Brian Fernández por consumo de cocaína le tiraron por la cabeza un castigo que los muestra como escuderos de la rectitud y no como lo que son, miembros de una corporación cuyos representantes fueron capturados por el FBI y aguardan juicios bajo acusaciones (un eufemismo judicial en razón de las evidencias condenatorias) de corrupción.

Al delantero le aplicaron el máximo establecido en el apartado a) del punto 2) del artículo 27 del Reglamento de la entidad, que fija un año de suspensión, en lugar de la advertencia prevista como mínimo para casos de consumo de sustancias que no mejoran el rendimiento deportivo. Habrá que preguntarles qué manual de toxicología consultaron o acaso si la propia experiencia los avala para certificar que la droga social favorece el desempeño atlético.

Inútil proponerles la reflexión que sí se le puede exigir a la dirigencia de Racing acerca de la conveniencia de conservar a Christian Bragarnik como hombre de consulta para la contratación de refuerzos. La contención y rehabilitación que merece Fernández no funcionan como salvoconducto para su representante, que auspició una operación que a Racing le demandó un millón de dólares.

A menos que el ex Defensa y Justicia haya adquirido su adicción en calles de Avellaneda, Bragarnik ocultó información que transforma aquellos billetes en plata quemada. Tal vez sea oportuno evitar atajos y confiar en formar cuadros técnicos para organizar la búsqueda y detección de potenciales incorporaciones: nunca será tan gravoso como confiar en intermediarios circunstanciales.

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