Capsulas de Carreño

¡Un llamado a despertar!

Por Gilberto Maldonado Bonilla.

 

*Lo triste de todo este panorama es la ingenuidad, y la incapacidad de crítica de la masa seguidora del fútbol.
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Es, ni más ni menos, la conclusión que nos deja la columna del señor Chalo González. Me queda la pregunta para el sumiso, dócil e ingenuo rebaño resultadista: ¿Es posible seguir creyendo en el frío resultado como la esencia prima del fútbol? ¿Es posible seguir, en nombre del accidente llamado resultado, atentar contra la honra de directivos, llegando hasta proponer y exigir la venta de un negocio privado, que lo es un equipo de fútbol, haciendo alarde una verdadera inteligencia artificial?

El resultado es un accidente; puede ser producto, en caso de una victoria, de una suma de cualidades del equipo vencedor; y defectos y limitaciones en el equipo perdedor.

Hasta aquí la parte romántica e inocente del resultado. La dialéctica entre las virtudes y las limitaciones. En el resultado instintivo solo esas dos fuerzas son las determinantes. Pero en el fútbol-industria, en el fútbol-ideología de nuestros días hay otras fuerzas que oscurecen el resultado como razón de ser del fútbol.

Los equipos no ganan o pierden en virtud de sus cualidades técnicas y tácticas; hay otros componentes del infra-mundo futbolístico. Aquí el aforismo shakesperiano «perder es ganar un poco» se muestra en su cruda realidad.

La literatura del fútbol industria está llena de anécdotas donde se muestra que los mismos propietarios de los equipos son los primeros en atentar contra la institucionalidad y salud deportiva de sus instituciones. No es de poca monta arreglar y predeterminar los resultados de los partidos en aras de ambiciones económicas sin pensar en las frustraciones de los seguidores.

Y a ese infra-mundo futbolístico hay que agregar, casi por obligación, la injerencia mafiosa de las casas de apuestas. Disculpas por ser tan reiterativo en este aspecto.

El fútbol industria no pudo, no podía orgánicamente, salir del modelo mafioso heredado del narcotráfico. Y la aparición de las casas de apuestas, con una de ella como patrocinadora del torneo, solo es la ratificación del modelo mafioso del fútbol actual.

Lo triste de todo este panorama es la ingenuidad, y la incapacidad de crítica de la masa seguidora del fútbol. La columna del señor González merece nuestra atención en el comienzo de una era del conocimiento crítico del fútbol.
[Gilberto Maldonado Bonilla
Hincha de Atlético Nacional
Medellín]
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