Capsulas de Carreño

«Una familia unida por el fútbol»… Por Julio César Rodas Mejía

Por Julio César Rodas Mejía

*Todo lo que Rodrigo escribe de su verde es ponderado y las menciones a los otros equipos, especialmente al rojo están matizadas por el respeto y la coherencia.

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Fui un buen lector. Ya no. Me da pereza leer por largo rato, porque me da sueño. Cosas de la edad. En mi mesita de noche aguardaban turno de lenta lectura 4 libros: de García Márquez, de Andrés González, de Enrique Santos y de Yolanda Ruiz. Y me llegó el de Rodrigo Ramírez «una familia unida por el fútbol».

Rodrigo y yo estamos ligados desde siempre, sin habernos conocido. Nos presentó hace poco un común amigo que sabía de las coincidencias y que es ignorante del fútbol, Orlando Ramírez.

Ambos de barrio: Aranjuez él, yo de Nutibara, de familia de hermanos numerosos muy unidos, jugadores de calle y pelota de trapo. El negocio suyo y de sus hermanos es el mismo de mis hermanos, siendo nosotros una especie de hijos adoptivos de los Ramírez. A ambos nos gusta la crónica. Solo que él es verde intenso y yo rojo apasionado. Pero ambos sensatos en nuestra afición.

Me demoré en leerlo. Y más que leerlo me lo devoré. Su escrito es ameno y todo lo que plasmó me llegó como un recuerdo de lo que yo mismo viví. Es como si lo hubiera escrito yo. Por eso viví intensamente la lectura.

Y luego las crónicas en Cápsulas del Carreño. Me detengo ahí para hacer un comentario: todo lo que Rodrigo escribe de su verde es ponderado y las menciones a los otros equipos, especialmente al rojo están matizadas por el respeto y la coherencia. Así debe ser las afición. Amar una divisa no implica ni justifica odiar a las otras.

Que regalazo me hizo mi querido amigo, el «Coco» Rodrigo Ramírez. Que regalazo me hizo ese hincha del Nacional.

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