Capsulas de Carreño

Una vez más, por  definición  desde el punto penal.

Juan Fernando Caicedo, el gol del empate 2×2., el que obligò a la decisiòn desde el punto penal. Foto @DIM_oficial.

Por María Victoria Zapata B.

Sucedió con el Deportivo Pasto,  con Independiente Santa Fe y ahora, para asentarnos en  la final, con el Deportivo Cali. Y  una vez más, el arquero David González se vistió de héroe al atajar cobros definitivos.

Tras terminar  con  un 2-2 global ante el Deportivo Pasto (1-0  y  1-2), el DIM obtuvo su paso a cuartos  por   cobros desde los 12 pasos. En ellos, venció al onceno nariñense 6-5 y el arquero David González se vistió de héroe al atajar  los disparos de Yonni Hinestroza y Félix García.

Con Independiente Santa Fe se repitió la historia.  Después de un 1-1 en el Atanasio Girardot y un 0-0 en El Campín, el DIM obtuvo su tiquete a semifinal  por  la vía del penal. El cardenal  falló  los cuatro cobros, entre ellos el de Yamilson Rivera a quien se lo atajó González, mientras el Poderoso solo necesitó de  los dos convertidos por Erramuspe y Viola,  para clasificarse.

Y anoche, después de un  2-2 en Palmaseca que tuvo algo de suerte,  poco de táctica, mucho de coraje y demasiado de dramatismo,  y un 3-3 global por la igualdad (1-1) del pasado 14 de septiembre en la capital antioqueña, y no obstante haber malogrado su propio disparo,  el cancerbero David González  se erigió  de nuevo en la gran figura roja al  atajar  el  del  volante argentino Fabián Sambueza, ventaja que capitalizó el zaguero Santiago Echeverría en el último cobro, para el 5-4 que le  convirtió en  el primer finalista de Copa Águila.

 

Un partido con muchos ingredientes.
Por el cuadro local, dos anotaciones del atacante Jefferson Duque en el período inicial, uno de ellos de pena máxima al minuto 5,  la búsqueda constante del pórtico de González, el gran trabajo de Mayer Candelo en mitad de campo,  la excelente gestión del cancerbero Pablo Mina, problemas en la zaga  y un  monumental error  del defensor Jeison Angulo  que  usufructuó Juan Fernando Caicedo y permitió la igualdad a dos goles, a nueve minutos del final del juego.

En el DIM,  una labor más ofensiva frente a compromisos anteriores, la lucha por el empate, que se consiguió transitoriamente al minuto 31, con cabezazo de Rodrigo Erramuspe después de un cobro de tiro de esquina ejecutado por Juan Fernando Quintero, un penal malogrado por el capitán (el segundo,   en esta  fase  semifinal de Copa),  un onceno con severas deficiencias tácticas y  colectivas  pero que ganó en combatividad  con el ingreso de  Toloza, Caicedo y Mao  y una elevada dosis de suerte, si se quiere,  en la consecución de la igualdad que determinó,  a pocos minutos de  la conclusión del partido,  la definición del finalista en cobros desde los doce pasos.

 

Sobraron ganas
Ni fútbol ni táctica  mostró anoche el DIM en  Palmaseca. Y esa es  una verdad que ni  el paso  a la final  de Copa Águila logra ocultar.

En el aspecto táctico, justamente  el que ha marcado la tercera época de Juan José Peláez en  Independiente Medellín, el equipo quedó en deuda anoche en  el estadio del Deportivo Cali,  como también  la identidad,  el fútbol y el orden, que siguen con su saldo en rojo, por más que el técnico insista en sostener lo contrario.  En  el plano colectivo se observan muchas carencias e inconsistencias.   Individualmente  hay  jugadores con un rendimiento bastante  bajo, entre ellos el  armador rojo  a quien le falta, además, muchísimo de  liderazgo.  Aun no  merece el brazalete  de capitán. Su carencia de  esfuerzo  y sacrificio contrasta con el espíritu de lucha de otros jugadores,  como,  por ejemplo,   los zagueros centrales Santiago  Echeverría y Rodrigo Erramuspe y el volante de contención, Didier Moreno.

La presencia de Mao, Toloza y Caicedo en el terreno de juego en el período complementario  le permitió al DIM  adelantar sus líneas  y el aporte   de los tres jugadores fue importante  para el funcionamiento  ofensivo  del equipo en el segundo tiempo. Sin embargo  fueron la   convicción y el coraje  exhibidos por los  jugadores rojos    en el período complementario,  los  que resultaron  fundamentales  para el logro del objetivo   en esta  fase  de Copa, lo mismo que   la gran actuación de David González,  decisiva  en las tres  clasificaciones con cobros desde los doce  pasos  ante Pasto, Santa Fe y, anoche Deportivo  Cali.

En conclusión, el DIM es finalista de Copa Águila  aunque  su fútbol sigue sin dar muestras de orden,  solvencia o identidad. Se consiguió la clasificación a esta instancia definitiva  del citado campeonato  pero el fútbol rojo sigue sin encontrar su rumbo, sigue sin convencer. Sin fútbol y sin una  estrategia de juego definida, una vez más se clasificó por la vía del penal.
(María Victoria Zapata B.)

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