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Vanessa Palacio, o toda una cátedra de periodismo en la UPB
- Updated: 23 febrero, 2018
Por Luis David Obando
Dejó a la audiencia boquiabierta: no porque les sorprendiera la calidad, sino que fue tanta que desbordó cualquier expectativa. Vanessa Palacio, directora de Noticias Telemedellín, inauguró con mucha altura y dejó el punto bien arriba en los conversatorios UPB – Cápsulas sobre periodismo deportivo.
Tenía 20 años, a sacar pasaporte, primera salida y a Buenos Aires a trabajar ni más ni menos que en ESPN. Allá estuvo cinco años, y el primero casi ni se lo creía, pero respondió con casta al reto como sabe, con humildad y profesionalismo: lo que hizo fue estudiar, aprender de los compañeros y, lo más importante junto con la disciplina, disfrutar cada segundo, pero trabajando.
Nadie le regaló ese viaje ni la experiencia. Desde el primer semestre de comunicación social – periodismo en la UPB, con ese mismo bichito del fútbol que la había picado desde niña y la puso a jugar como arquera con sus amiguitos de La Floresta, se metió a Paisadeportes a trabajar y aprender al mismo tiempo, mientras respondía por sus estudios universitarios.
«Los sacrificios después valen la pena porque se cumplen los sueños», rememoró en el conversatorio, cuando de Paisadeportes pasó a presentar Deportes en Teleantioaquia, luego el quinquenio en ESPN, y luego, cuando ya era hora, el regreso y más experiencias: Win Sports, Claro Sports, El Alargue, la Dirección de Contenidos Deportivos de Telemedellín, y ahora la Dirección del noticiero en este canal.
Regreso a lo simple
Reconoció en Alfredo Carreño Suárez, director de Cápsulas, un pionero del periodismo digital no solo en Antioquia sino en el país., y se declaró aprendiz permanente. Con una modestia tal que, aunque dejó un reguero de enseñanzas, aseguró que había llegado al conversatorio precisamente a aprender.
Se mantiene al día, y sabe que el medio digital es el canal, pero los contenidos hoy deben ser multiplataforma y bien enfocados. El asunto es que el periodista debe estar a tono y saber qué hacer y cómo. «Estamos en un momento bisagra, en el que tenemos que retomar lo simple, porque lo importante se nos está yendo en una maraña de noticias a veces sin importancia», destacó.
«Al deporte hay que devolvérselo a la audiencia como lo que es: un juego», insistió, justamente rescatando que el fútbol y el deporte en general hablan de vidas dedicadas a estas disciplinas, y no solamente de resultados. Por eso parte de la claridad de que el deporte es entretenimiento, y así tiene que transmitirse: en clave de emociones pero, periodísticamente hablando, rindiendo siempre tributo a su majestad el ‘dato’, con veracidad y oportunidad.
Muchas recompensas
Cuando empezó, no había ni un puñado de mujeres cubriendo el tema deportivo, y hasta codazos de ‘colegas’ sufrió, sin contar la dificultad para que los futbolistas «le hablaran». Cuando volvió de Argentina ya era a otro precio porque el medio había evolucionado: «La mujer vio que sí se podía, lo está haciendo y muy bien», señaló.
Es bien joven, pero reconoce que la vida le ha rendido y que, sobre todo, aún le falta muchísimo por recorrer. Por eso no se da licencias y sigue estudiando, y sigue trazándose metas y cumpliéndolas, pero con empeño; así como empezó: sin roscas: trabajo puro, aprendizaje permanente.
No cede un ápice en una norma que se impone y exige: las cosas muy bien hechas. «La responsabilidad que tenemos con la gente y el compromiso que debemos asumir es el de la calidad», dice sin titubear. Por eso recomienda a las nuevas generaciones (estando ella en esa categoría) no sucumbir a la tentación de las tendencias y los ‘likes’, pues la credibilidad es un capital que no se puede feriar a cambio de 10 segundos de supuesta popularidad.
«No se pueden negociar nunca los principios», puntualizó, al tiempo que señaló cero arrepentimiento por haber dejado de lado las rumbas para, como estudiante, meterse en el medio y trabajar sin descanso, hasta hoy y siempre. Mira hacia atrás y reconoce: «Han sido más las recompensas». Por eso se fue con un mensaje hecho realidad en su vida: «¡Se vale soñar!».
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Y terminó este conversatorio, pero llega el próximo: el último jueves de marzo la cita será con René Higuita, que historias mundialistas para contar sí que tiene.
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