Capsulas de Carreño

«Ya usted nos habló claro, don Raúl…!!!»

Don Raúl: cuando las tribunas rojas se van quedando vacías por culpa de una mala administraciòn.

Por María Victoria Zapata B.

El 14 de junio pasado, en columna escrita en género epistolar y titulada “Háblenos claro, don Raúl” hice una radiografía de la difícil situación por la que atravesaba  el  Deportivo  Independiente Medellín al término del primer campeonato del año en curso  y de su nublado futuro inmediato.

Sin técnico, sin refuerzos, sin presidente y con  un penoso inventario  de  insensateces  por parte del máximo accionista del equipo, en el mencionado artículo   llamaba  la atención sobre el futuro inmediato del Equipo del Pueblo  y  demandaba  sinceridad de don  Raúl Giraldo respecto de sus ambiciones, motivaciones e intenciones con el DIM.

La respuesta la recibí- y la recibimos  todos los hinchas rojos- con  otra sucesión de  barbaridades que  tienen a Independiente Medellín  muy cerca de despeñarse por  un abismo similar a aquel por el que rodó en  las nefastas eras  de  Jorge “el diablo”Castillo y Jorge Osorio Ciro.

Con la venia del colega Alfredo Carreño Suárez,  Director de Cápsulas, y de la feligresía Poderosa,  me permito reproducir la  citada columna y relacionar, además,  los  disparates más recientes y que tienen hoy al  Deportivo Independiente Medellín  sumido en un  retroceso total, el peor desde  la llegada de Giraldo al Rey de corazones.

 

¡¡¡…Háblenos claro, don Raúl…!!!

Como hincha Poderoso  que es, usted debe saber,  don Raúl,   que los  seguidores   del DIM  amamos   hasta el frenesí. Para nosotros,  este rojo y sin igual sentimiento  es mucho más que pasión:  ES RELIGIÓN…!!!

Por ello,  hemos  soportado con estoicismo  las largas sequías, los interminables años sin  mirar  siquiera de lejos  las copas en las  que  se paladea  el néctar de  la gloria, y hemos  bebido con gozo infinito  el elíxir de la dicha con los títulos alcanzados con sudor, esfuerzo y el apoyo de ese  imprescindible jugador Nº 12, que es el hincha.

Hemos recibido la  alegría  a  cuentagotas   y la frustración en aluviones,  y,  no obstante la escasez de una y la abundancia de otras,  hemos  permanecido  fieles  a la causa roja, a una pasión que no se permuta ni se  hipoteca  al mejor postor.

También  hemos sufrido la  extenuante tortura de  administraciones que han amenazado con  poner punto  final a la  Poderosa historia que empezó a escribirse el 4 de noviembre de  1913.

Y   ha sido  justamente  nuestro  amor  inconmensurable,  en abierta contradicción con   la ambición desmedida de aquellos  mercaderes sacrílegos que han intentado profanar el altar de nuestra devoción,   el  que nos  ha  asignado otros roles esenciales en nuestro devenir de  creyentes Poderosos: El de avezados  centinelas,  el de aguerridos defensores  de nuestro más querido patrimonio inmaterial,  afectivo y cultural:  el Deportivo Independiente Medellín…

Cuando usted adquirió el paquete accionario del Equipo del Pueblo, en marzo del 2014,  trajo consigo un aire de renovación, fe y esperanza a un DIM que intentaba  dejar atrás uno de los capítulos más oscuros y oprobiosos de su centenaria historia.  Su  afinidad afectiva con la escuadra amada,  la presencia en condición de presidente del carismático  dirigente Eduardo Silva Meluk y la puesta en marcha del novedoso programa Todos en Uno,  le dieron  un vital impulso al equipo, lo llevaron a la disputa de  dos títulos  en forma consecutiva y le entregaron la sexta y anhelada estrella,  el 19 de junio del 2016.

Pareciera, sin embargo, que dicha   estrella fuera  su única aspiración personal  y  dirigencial  porque, desde entonces,  usted, don Raúl, se encargó de  acabar con  todos los logros obtenidos desde su  arribo al equipo,   destruyó la confianza del hincha rojo, pulverizó su credibilidad,  despedazó la comunión existente entre afición y dirigencia y, lo peor,   desterró  finalmente  a la hinchada del DIM  del estadio Atanasio Girardot.

Fueron muchos y reiterados los  desaciertos que, desde las oficinas del DIM,  minaron la fe del  seguidor rojo  hasta aniquilarla por completo:  La vinculación del  “asesor” Elkin Congote en marzo del 2014, cuyas excentricidades fueron siempre en contravía del sentir del hincha,  la venta al Pachuca  de México del goleador Germán Cano, el 21 enero del 2015,  que  se hizo oficial dos días después de la fecha de cierre en la recarga de abonos para el primer campeonato de dicho año, la polémica salida del técnico Hernán Torres en mayo del 2015 y la sorprendente no renovación del contrato del orientador campeón Leonel Álvarez, la transferencia de los jugadores Daniel Torres (julio 2016), Christian Marrugo y Andrés Felipe Mosquera ( ambos en julio  del 2017)  y pocas fechas después de iniciados los  respectivos campeonatos,  el injusto despido del médico José Fernando Arango  en julio del 2017,  la improcedente vinculación de los  entrenadores  Fabio Martínez – cuya designación  se reversó 24 horas después por presión de la hinchada- y de Juan José Peláez, quien llevaba  nueve años alejado de la dirección técnica,  la extraña  promoción del español Ismael Rescalvo, a la escuadra profesional, la  renuncia del  doctor Eduardo Silva Meluk con las consecuentes vacancia en la presidencia y  ruptura del vaso comunicante entre hinchada y dirigencia,   la venta del jugador Yairo Moreno en plena fase final del campeonato inmediatamente anterior y  cargada  de mentiras  e inconsistencias directivas,  la  negociación de jugadores  de primer nivel sin que éstos hayan sido reemplazados por otros ídem  y la reciente   desvinculación  del DIM, por razones que aún no han trascendido, de los técnicos  de  categorías menores, Iván Arturo Corredor, Óscar Pérez y Edgar Cataño, entre  otras cosas, no son más que la semblanza de una gestión que se mueve entre  la ceguera, la ineptitud, la anarquía y la carencia de rumbo, metas y objetivos. Una gestión que desde hace dos  años  es sinónimo de burla, irrespeto, ultraje y desprecio al hincha.

Hoy, el proceso del que tanto se habló  desde su llegada no es más que un embeleco. El posicionamiento institucional tras los logros obtenidos entre el 2014 y el 2016,  se derrumbó como  castillo de naipes. La soledad  en las graderías del Atanasio es desconcertante y dolorosa.  La ilusión de la hinchada brilla por su ausencia, el  maravilloso Todos en Uno  se extingue irremediablemente  y su desgastado discurso no  augura el regreso del fútbol, de la fe, ni de la hinchada  al máximo coliseo deportivo de la capital antioqueña.

Como si ello no fuera suficiente, las noticias en torno a  la contratación de un director técnico  para el Deportivo Independiente Medellín no son alentadoras en ningún sentido. Ninguno de los técnicos que se mencionan como sucesores de Ismael Rescalvo cumple  los requisitos  que se requieren en la actual y difícil coyuntura.   Respecto de la vinculación de jugadores el panorama es más incierto todavía: la nómina de jugadores para asumir el campeonato que se avecina está reducida a su mínima expresión,  y no se percibe movimiento alguno en materia de refuerzos que devuelva la   arrebatada  esperanza. Y en cuanto al horizonte  institucional,  peor no podemos estar:  No contamos con presidente, gerente deportivo, técnicos de inferiores ni de la  escuadra profesional.  Tampoco con  una dirigencia idónea para asumir  los   retos que  se deben afrontar y las  tareas que hay que  cumplir. En la actual,  no se vislumbran capacidad ni voluntad  para acometer unos y otras.

Infortunadamente, el Deportivo Independiente Medellín lleva dos años de tumbo en tumbo, de fracaso en fracaso, de yerro en yerro, de improvisación en improvisación. Dos años deambulando por un camino  brumoso que cada vez lo acerca más a una época  que, le reitero, no queremos repetir ni volver a vivir. Por ningún motivo.

Por eso, don Raúl,   es imperativo que  usted defina de una  vez por todas sus expectativas  frente al DIM y frente a su hinchada. El equipo merece  unas directrices de las que en el momento carece  y la hinchada el respeto que, hoy  por hoy,  no  se le brinda. Su desgaste es total,  la mayoría de   seguidores  rojos ya no lo queremos ni le creemos  y   la distancia entre usted y nosotros es insalvable..

Como  hincha rojo  que es – así lo ha manifestado públicamente-  usted debe entender, entonces,   el alcance de nuestra Poderosa pasión.  ¿Está en capacidad, también, de comprender  la magnitud del deterioro institucional  actual del DIM ?  ¿El gravísimo peligro que se cierne sobre el Equipo del Pueblo,  bajo su  hoy  disparatado mandato y  desatinada gestión?

No condene  a la hinchada nuevamente al  exilio, no  empuje  al  Deportivo Independiente Medellín hacia  otro profundo y oscuro abismo. No pisotee más  nuestro sentimiento. Háblenos claro, de una buena vez…!!!

 

Y hoy…

Han transcurrido tres largos meses  desde el envío de esta carta a usted,  don Raúl.  Sus ejecutorias desde entonces  no son más que  la  semblanza de su estrechez dirigencial y de su carencia de propósitos institucionales.

La contratación de Déinner Quiñones a sabiendas de su negociación previa con el mexicano  Santos Laguna,  el préstamo al Deportivo La Coruña, por una suma irrisoria, del pulmón del medio campo rojo, Didier Moreno, como es usual en usted, después de iniciado el campeonato y con graves repercusiones tanto para el trabajo del  director técnico Octavio Zambrano como para el rendimiento del equipo,  la vinculación de los volantes Luis Luna y Jonathan Barboza  del DIM, con un nivel de juego tan precario como  su gestión administrativa, don Raúl,  y del   mediocampista argentino Alejandro  Barbaro no obstante su falta de continuidad en el presente año y los requerimientos del DIM en zona defensiva.

La muy pobre   respuesta  en la   recarga y venta de abonos, que no alcanzó siquiera la cifra de 15.000   a pesar de  que se contó con dos meses para realizar dicha gestión, son también señal inequívoca de su divorcio total con la afición poderosa del despojo de sus sueños e ideales, como  del declive del maravilloso programa Todos en Uno, al que usted  conduce hacia su inminente desaparición.

Hoy, tres meses después de los muchos  desatinos  de parte suya,  usted nos ha  respondido  con toda claridad  a todos  los hinchas del DIM. Nos ha manifestado, con incuestionables hechos,  que su  afinidad afectiva  con el Equipo del  Pueblo es tan falaz como el proceso del que tanto ha hablado en los dos últimos años, y nos ha señalado, con el desmantelamiento  total del DIM, que su única aspiración es de tipo económico.

Nosotros, los hinchas del DIM,  ya tenemos todas las respuestas que precisábamos  de usted.  Y por el bien de este equipo  que amamos hasta el frenesí- ya se lo había dicho-  esperamos que aparezcan pronto  nuevos inversores o un grupo empresarial identificado con la causa roja, que nos devuelva la mancillada esperanza y que nos  salve de caer otra vez en el profundo  abismo al que usted, don Raúl, irremediablemente nos conduce en la actualidad.
(María Victoria Zapata B.)

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