Capsulas de Carreño

El DIM, de ensayo en ensayo, así no.


Por María Victoria Zapata B.

 

 

 

*Señor Zubeldía, debe volver a verlo como equipo  profesional, no como laboratorio de experimentación.
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Si algo se le reprochó a Leonel  Álvarez durante la participación del DIM en  Sudamericana 2016 y  los últimos partidos  en los  que dirigió al DIM  durante su segundo ciclo como director técnico  en el cuadro rojo, fueron precisamente  los esquemas defensivos y la conversión del equipo en un laboratorio, que finalmente estalló  y pulverizó todas las aspiraciones  Poderosas en el segundo semestre del año inmediatamente anterior.

Desde  el pasado 15 de marzo, cuando debutara en el máximo  evento balompédico surcontinental,  el  entrenador Luis Zubeldía está haciendo exactamente lo mismo y los resultados son catastróficos:    cuatro derrotas en cinco juegos: dos  en Copa Libertadores (River Plate y Emelec) y  dos  en Liga Águila  (Nacional y Bucaramanga). Solamente salió airoso en El Campín, ante  Independiente Santa Fe, el 2 de  abril.

Ayer, por ejemplo, con un incomprensible módulo táctico y un fútbol que va en contravía de su estilo y nómina, el Deportivo Independiente Medellín cayó nuevamente en Copa Libertadores,  0-1, en esta ocasión ante el aguerrido Emelec ecuatoriano.

Se equivocó de cabo a rabo el técnico Luis Zubeldía.  Y falló al arrebatarle al Equipo del Pueblo  su identidad,  al  implementar el transporte del balón a través del pelotazo y  los pases largos, a olvidarse del toque y, fundamentalmente,  a desgastar inútilmente a los jugadores en posiciones que no son las suyas.  Inventó más de la cuenta el orientador rojo: Marrugo NO es volante de marca; Goma NO es creativo. Arias NO es lateral. En cuanto a Saiz,  todavía no  se sabe cual fue su ubicación en el terreno de juego: ¿central? ,¿lateral?, ¿volante de marca?. Es más: ni siquiera sabemos por que, con su precario rendimiento, fue titular y “aguantó” 71 minutos en el gramado del George Capwell.  La verdad, desconocemos  el objeto de  su  inclusión en nómina   en un tan incomprensible  como    inútil  esquema con tres  zagueros centrales para un DIM que  regaló las bandas y flaqueó una y otra vez en zona propia.

Inexplicable  fue el planteamiento para enfrentar al cuadro  ecuatoriano pero más inexplicable aun,  el sacrificio de Christian Marrugo, retrasado  a primera línea de volantes, a sabiendas de  la importancia de su labor en armado en ausencia de Juan Fernando Quintero y de la negativa experiencia de hace seis días, en la derrota ante Bucaramanga. Indescifrable fue, además,  la participación del argentino Hernán Hechalar en el  onceno inicial. Su fútbol actual no amerita  ni  un puesto en la suplencia.

 

Sin agallas
Temeroso, cobarde, apocado  y  pusilánime, así fue el Deportivo Independiente Medellín que saltó ayer a la gramilla del estadio George Capwell de la ciudad de Guayaquil.

Cinco zagueros; tres  de ellos centrales (Pertuz, Mosquera y Saiz); dos laterales (Arias y Piedrahita), Marrugo retrasado a primera línea de volantes, Goma “elevado” a la categoría de armador,  Hechalar   en plan de  centrocampista ofensivo y/o  atacante – en ninguno  de los dos puestos rindió el mínimo –  y a años  luz del nivel que se le conociera en Atlético Huila,  y Viola un llanero solitario y luchador incansable en medio de la pobreza futbolística y táctica que exhibida por el cuadro rojo..

Ante Emelec,  el Medellín  careció de solidez defensiva  no obstante sus cinco zagueros;  falló en marca a pesar del sacrificio de Marrugo;  adoleció de  creación  puesto que no contó con  un armador. Y como era apenas lógico  con  su caótico módulo, Medellín NO defendió, NO  generó juego y NO atacó.  Nunca se supo a que jugó pero  si quedó claro a que NO jugó. El triunfo  no estuvo nunca en sus planes…!!!

En medio de tanta pobreza,  se rescatan el  esfuerzo de David González y Valentín Viola  y el cambio de cara del DIM tras el tardío ingreso de  Juan David Valencia (por Juan Camilo Saiz, al minuto 71),  Leonardo “el chacho” Castro (por Hernán Hechalar, también al 71) y Juan Fernando Caicedo (por Luis Carlos Arias, al 79).

 

Errores a granel
Del  cuerpo técnico del  DIM, que encabeza el argentino Luis Zubeldía.
Reitero, se equivocó de un todo y por todo y es el único responsable de este nuevo revés en Copa Libertadores.

Se equivocó con un  módulo que no se corresponde con la nómina ni  la identidad rojas,  con sus pésimo análisis  previo del rival  y lectura del partido,  con su terquedad al insistir  con Arias como lateral, Marrugo como volante de marca y Hernández como creativo  y  al incluir en el onceno inicial a jugadores  cuyo  bajísimo  nivel de juego  otorga amplias ventajas a cualquier contendor.

Se equivocó  Zubeldía al convertir a Independiente Medellín en un laboratorio de experimentación,  con resultados  desastrosos  para el equipo.

Y se equivocó,  de una manera vergonzosa, al  negarle cualquier búsqueda del arco  contrario  y de  triunfo visitante al  cerrarle al DIM todos sus circuitos ofensivos con un esquema  ciento por ciento derrotista.


CONCLUSIÓN
El partido ante Emelec lo perdió todo Luis Zubeldía por su errónea  escogencia de nómina, errónea  ubicación de jugadores  en el gramado y PÉSIMO planteamiento del partido. Ayer se le fueron las luces al orientador rojo  e incluso en la rueda prensa, al atribuir la derrota al recorrido del cuadro local en su propio país: «Estamos con un equipo (Emelec) que ya vine jugando finales del campeonato de manera consecutiva, pero nosotros no tanto. Y sacarle la pelota acá no es fácil».  Puro sofisma de distracción.   Medellín perdió por todos  los disparates  cometidos por el cuerpo técnico, ayer en territorio ecuatoriano.

 

Estoy convencida que la única manera de  salir del bache en el que estamos inmersos desde hace un mes, en la derrota con River Plate,  es con la recuperación de la sensatez por parte  del orientador rojo.  Para ello, es preciso que el DIM recobre su  vocación ofensiva (local y visitante), que  se  devuelva a  los jugadores a sus posiciones originales (ya basta de ensayos),  que  se relegue a aquellos futbolistas cuyo rendimiento no amerite ni la suplencia  y que  en vez de alinear  de  manera desatinada a tres zagueros centrales,  se atreva  a hacerlo con  tres delanteros (Castro, Caicedo y Viola).

El Deportivo Independiente Medellín, insisto, tiene como hacer un  derroche  de fútbol en cualquier gramado pero usted, señor Zubeldía, debe volver a verlo como un equipo  profesional, no como un laboratorio de experimentación.  ¡¡¡…Queremos ver  al DIM  cumpliendo un buen papel nacional o internacionalmente. No haciendo un papelón como el de anoche…!!!
[María Victoria Zapata B.]

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