Capsulas de Carreño

Junior es más. Por Javier Castell López (El Heraldo)


Por Javier Castell López, El Heraldo

*El jueves (30) tiene la oportunidad de comprobarlo. Tiene fútbol y apenas un gol de diferencia.
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No necesitaba Junior, en el primer tiempo, de sus atributos más reconocibles para adelantarse en el marcador y controlar el trámite frente a Flamengo. No necesitaba adueñarse del balón con criterio y continuidad; no necesitaba de los encuentros cómplices de Teófilo y Chará y tampoco de la distribución del balón de Pico y Cantillo. No necesitaba de las salidas de los laterales y tampoco de tener la iniciativa, agruparse en el campo rival y jugar con la calidad y determinación ofensiva de la que ha hecho gala en el último tiempo.

Solo necesitaba ser muy organizado en el repliegue sin enjaularse; muy concentrado y gregario en las tareas de vigilancia, con una plausible actitud solidaria de González y Chará por los costados cumpliendo en los regresos defensivos y de Mier como seguidor personalizado de Cuéllar (en mi opinión exagerada precaución, aunque debe ser que el fútbol ha cambiado y ya no se le hace ese tipo de marca solo a Messi, Maradona…).

Con eso y tres o cuatro momentos en los que accedieron a cercanías del área del ‘Fla’, le alcanzó. Convirtió un bonito gol en su gestión, que incluyó la experiencia de Teo para desacomodar a Juan, un pase preciso y con ventaja de Mier a González quien envió un centro para la definición de Teófilo.

Salvo un cabezazo de Vizeu que apenas por centímetros no entró, quizá como un anuncio de lo que ocurriría en el segundo tiempo, fue lo único que quedó registrado como llegada peligrosa del local en esa primera etapa.

Sin ser su mejor versión, Junior ganaba justamente y sin sobresaltos. En el segundo tiempo, Junior siguió siendo el mismo en su poco deseo de dominar con el balón, pero más retrasado, y Flamengo incapaz para elaborar jugadas desde la astucia o desde las combinaciones técnicas de sus jugadores. Nada que ver con el estilizado y creativo fútbol brasileño.

Lejos, muy lejos, de aquel Flamengo de Leandro, Junior, Tita, Adilio, Andrade. Pero en ese contexto de discreto nivel, Junior encontró tres oportunidades de gol a través de Díaz que hubieran dado tranquilidad al equipo y exonerado a Comesaña de futuras y, para mí, injustificadas críticas por la sustitución de Teófilo. Con él y sin él en el terreno de juego, Flamengo fue superior al Junior en el juego aéreo.

Y era solo a través de esa vía que Flamengo lo superaba y por la que alcanzó los dos goles de la victoria. Nada tenía que ver la presencia o la ausencia de Teófilo- que ya jugaba mal a esa altura del partido- para resolver la supremacía aérea de Flamengo.

Al final, me quedó la impresión de que al Junior le faltó una pizca de atrevimiento, de convicción. Le faltó creérsela: que, hoy por hoy, es más que este Flamengo. El próximo jueves tiene la oportunidad de comprobarlo. Tiene fútbol y apenas un gol de diferencia.

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