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River marca los tiempos (Walter Vargas, Ole-Argentina)
- Actualizado: 10 agosto, 2015
Por Walter Vargas,
ole.com.ar
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*Apto para todos los terrenos, metedor y copero, que hoy está en Japón a tiro de otra copa.
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El sábado 23 de junio de 2012 fue consumado el regreso a Primera, con Daniel Passarella en la presidencia, Matías Almeyda en la dirección técnica y David Trezeguet presente por duplicado en la red de Almirante Brown. Aquel de la grey riverplatense fue un festejo raro. Raro, no por falta de fuego sino más bien por el inequívoco resto de una sensación agridulce.
La herida del descenso que no había cerrado, un ascenso conseguido con más sufrimiento que lucimiento y una fotografía institucional dominada por las sombras de un gestión que ya era histórica por lo cuestionable y acaso por lo repudiable. La verdadera refundación de River vino después. La genuina y vigorosa reconstitución de los tejidos de un elefante que no había estado dormido. Peor que eso: había sufrido una generalizada infección de las que demandan el suministro de antibióticos copiosos.
Llegó D’Onofrio, que no será un gran estadista pero sí despierto para acomodar las estanterías y pertinente para delegar, la transición del Pelado Díaz tuvo el valor de reabrir las compuertas de la mentalidad ganadora y Gallardo se reveló como un experto en el armado de rompecabezas. Insospechado de adherir a las parroquias clásicas, tácito descreído del fundamentalismo del paladar negro, el Muñeco lidera una cruzada rica en ductilidad, en ojo clínico y en oficio virtuoso.
Es cierto que Boca es un gigante que más tarde o más temprano dirá lo suyo, pero el ritmo de estos tiempos lo marca un River apto para todos los terrenos, metedor y copero, que hoy está en Japón a tiro de otra copa, con la promesa de volver en diciembre inspirado en la legítima esperanza de dar la nota versus el mejor equipo del planeta.