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Colombia, clasificación insípida.
- Updated: 8 septiembre, 2025

Luis Suárez y Juan Fernando Quintero se perfilan para ser titulares ante Venezuela. Colombia ganó el año raspando y habilitando, como los malos alumnos. Foto tomada dela cuenta X de @Ruizrjcamilo.
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Por Luis Felipe Gómez Isaza.
Columnista Cápsulas.
Para nadie es un secreto que la selección colombiana de fútbol, después de la última Copa América, ha venido deteriorando su imagen de buen equipo, en cada presentación. Han matizado esa perdida de energía y de buen salero futbolístico, derrotas inexplicables al final de los partidos como contra Uruguay y Brasil y, uno que otro empate entre los que se destaca el obtenido en la casa del campeón del mundo.
Para no hacernos ilusiones con el presente de la selección y para no ser adivino con lo que vendrá, habrá que poner los pies sobre la tierra y decir que no se está jugando a nada. Ganarle a Bolivia no es ningún mérito, así el marcador se pueda ver amplio y sin rodeos y también si este se toma como paliativo para las tristezas y amarguras de este país que no sale de macabros atentados, discursos de políticos oportunistas y llenos de hilaridad mediática mencionando y exaltando como si se puede llegar de nuevo a un mundial, donde casi la mitad de los países del planeta, atenderán la cita orbital.
Quintos entre diez, que tal! Logro mediocre, sin proeza, y mucho menos, sin orgullo. No me pareció del mayor agrado el triunfo contra los bolivianos. En primer lugar, Bolivia es una selección pobre, sin futbol y sin poder de ninguna valía, su única virtud en las eliminatorias es someter a los rivales a una inmisericorde altura donde la deslealtad del escaso oxigeno, le permite obtener puntos que de otra manera en igualdad de condiciones, no lograría.
A pesar de la celebración y del triunfo del jueves cuatro pasados, no estuvimos a la altura de las circunstancias. Para comenzar, el arquero fue figura. Tres o cuatro atajadones hablan de que el medio campo fue permisivo y que la defensa no estuvo a la altura, un equipo partido y con un Lerma que como loco veía pasar la pelota de un lado para otro. Equilibrio cero.
De la defensa destaco al veterano Arias que con su aporte ofensivo y en comunicación con James destrabó un partido embolatado. En el medio, a esta hora no sé si Ríos jugó o si el otro Arias del medio se presentó en Barranquilla. Mediocridad de mediocridades, sólo James funcionó y eso que la contractura perpetua de su músculo solear se apareció en el segundo tiempo para dejarlo por fuera y ser reemplazado por el mago de Quintero que no necesita de mucho bombo para ser protagonista. Luis Díaz no se vio y el compañero como siempre sin asertividad.
De hecho, tuvimos que esperar casi toda la eliminatoria para que el nefasto Córdoba se equivocara e hiciera un gol, porque sabemos que es experto en dilapidar las más fáciles. En resumen, ni contendor, ni fútbol, se ganó por individualidades. El resultado era obvio y tenía que aparecer y por ende permitirnos clasificar con los ahorros del año anterior y del 2023.
No creo que las cosas cambien para el partido con Venezuela. Habrá que mejorar mucho si se quiere hacer algo digno el año que viene. Por ahora, digamos que se ganó el año raspando y habilitando, como los malos alumnos, sufriendo y haciendo cuentas para aprobar la materia.