El aurinegro apabulló al de Rionegro

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

*Águilas recibirá este sábado a Pasto, oportunidad para que armen nuevamente el nido y encumbren el vuelo.
===

Que mejor programa para un lunes festivo, pues, me refiero a quienes sudamos petróleo futbolero, que ver Alianza Petrolera y Águilas Doradas, equipos hermanitos en muchos aspectos, como la táctica, la velocidad, el pundonor y la disciplina; dirigidos por técnicos que han demostrado tener el palito para parar bien sus equipos, lo que les valió estar entre el selecto grupo de los ocho de Colombia, por encima de muchos encopetados.

En un estadio ideal para la demanda de Barrancabermeja, con buena cancha, dotado con ambulancia y carro del cuerpo de bomberos para atender recalentados, se inició el partido con media entrada de barranqueños, casi todos con su camiseta amarilla y pintas negras, y uno que otro paisa venido desde Puerto Berrio, distante unas 2 horas.

Partido que arranca bajo las órdenes de Carlos Betancur, de lo mejorcito en asuntos arbitrales, con alta temperatura, no solo en el ambiente sino en la cancha por el juego desplegado. Alianza comienza con más ímpetu; Águilas sale jugando desde el fondo, para acomodarse a su juego progresivo, salidas que a veces parecen piruetas de trapecista de circo sin malla de protección, todo porque se hacen jugadas temerarias por querer salir jugando desde el fondo. Al minuto 17 se presenta la lesión de Quiñonez, el líder de las Águilas, el mandamás, el abogado de oficio de todo el equipo. Gran pérdida.

A los 20 minutos el portero Grazziani despeja el balón y se lo deja servido a Marco Pérez quien anota de cabeza. El árbitro y el juez de línea marcan fuera de lugar, pero es el VAR el que dicta sentencia y valida el gol. Diez minutos más tarde es el mismo Marco quien en una jugada de crack marca el segundo, doblete que le sirve para aumentar su cuenta personal a 13 tantos, y ratificarse como máximo goleador hasta el momento del torneo.

Seis minutos más tarde, es Rodríguez el que descuenta, en una jugada que también es revisada por el VAR, porque se creía fuera de lugar del atacante, pero un uñero del dedo gordo del pie del defensor de Águilas lo habilitó. Nos vamos para el descanso, repletos de fútbol, de goles y de sudor, tanto, que el técnico Bodhert se cambió tres veces de camiseta en el partido. Creo que muchos me apoyan en afirmar que da envidia, buena y mala, ver jugar equipos que no escatiman un centímetro ni una gota de sudor.

Llegamos al segundo tiempo convencidos de ver otros 45 minutos al rojo vivo. Los primeros minutos nos muestran a un Alianza dispuesto a perforar la valla de Águilas. Corre el minuto 63, cobro de tiro libre desde la derecha para que entre Ospina  y de certero cabezazo empate el marcador. Había trascurrido dos minutos, lean bien, dos minutos,  para que se presente otro cobro de una falta desde la izquierda, y sea Pablo Bueno, malo para Águilas, el que ponga el 3 a 2 a favor de Alianza, y al rancho ardiendo. Al minuto 78 Pineda marca el empate a tres goles, mediante cabezazo en cobro de tiro de esquina.

Creíamos que las aguas se calmarían, y que Águilas, todo un desastre en defensa y en general en todas sus líneas, porque los cambios no dieron resultado, y al contrario atentaron contra el buen rendimiento del equipo, retomaría al menos más control del partido;  pero a mal que estábamos, llega el minuto 80 y nuevamente Alianza cobra otra bendita  falta (Dios mío bendito) para que Pablo, el bueno, repita gol, más o menos calcado del anterior suyo. Hubo una mano previa a este gol de un jugador de Alianza, pero ni el árbitro ni los del VAR se pronunciaron, entonces deje así.

Castro, al minuto 90 tuvo la oportunidad de empatar, pero como siempre, prefirió gambetear el defensa y ahí perdió el balón. Faltando 15 segundos para cumplirse los 5 minutos adicionales, llega el quinto y el puntillazo.

Ni el más optimista ni el más pesimista, podían anticiparse a una goleada de esta magnitud para Águilas, equipo que terminó primero en el todos contra todos, con notas muy altas, con un fútbol de calidad, con equilibrio atrás y adelante; pero sorpresas nos da la vida.

Seguramente mañana sube la acción de Ecopetrol con esta gesta del equipo vecino a su refinería, humildemente dirigido por un señor que silva, que grita, que brinca, que nunca se sienta, y que suda parejo con sus jugadores que mantienen la llama prendida.

Águilas, que me parece borró con el codo lo hecho con buena letra, recibirá este sábado a Pasto, oportunidad para que armen nuevamente el nido y encumbren el vuelo.

Mientras tanto, Nacional recibirá este domingo a los encopetados aurinegros, únicos ganadores de la primera fecha en ambos grupos, quienes, para ajustar, tienen en su registradora el haber derrotado también al verde en el juego del pasado 14 de mayo. ¿Habrá necesidad entonces de volar el oleoducto para cortarles el chorro? Dorlan tiene el explosivo.

Notas relacionadas

• 
  La Eurocopa Española. Viernes del recuerdo.
• 
  Nacional, de la pobreza absoluta a millonario
• 
  Nacional. De la mano de Cardona, paso de vencedores.

3 comentarios

1. Victo Hernan Restrepo Tapias.

   24 mayo, 2023 at 5:50 am

   EL GUSTAZO DE VER A ALIANZA
   Que gustazo da ver jugar equipos que sin mucho cartel y sin nombres hacen un fútbol práctico, fluido y sencillo. Ponen intensidad, sudan la camiseta. Quiera DIOS que quienes analizan los vídeos de los partidos en Nacional sienten el equipo completo a ver todo el partido. Hay mucho lagunero en Nacional, lucecitas de ratico y cobran!!! Pena debía de darles.
   Víctor Hernán Restrepo Tapias

   Hincha de Nacional
   Cali.

   Responder
2. Roberto Usme Motta

   23 mayo, 2023 at 7:16 am

   POR EL TRIUNFO DE ALIANZA
   Sr,Londoño, mis respetos. El DT de Alianza justificó su sueldo con este triunfo ante Águilas, que no estaba en el pronóstico de nadie. Buen partido.
   Roberto Usme Motta

   Hincha de DIM
   Envigado

   Responder
3. Luz Marina Toro

   23 mayo, 2023 at 5:24 am

   LA MANO DE HUBERT BODHERT
   En Alianza se ve la mano de Hubert Bodhert… por no decir, como Jorge Iván, el sudor. Qué buen técnico, lástima que sólo lo sea de equipos chicos.
   Luz Marina Toro

   Hincha de Santa Fe
   Medellin

   Responder