Capsulas de Carreño

La mordacidad de un socio

Luis Enrique Delgado se convierte en ‘Socio Emérito Acord’.

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Protagonista: Luis Enrique Delgado, periodista.
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Este miércoles (07), el presidente de Acord Colombia le entregó el carné de Socio Emérito.
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El acto se realizó en la Escuela Nacional del Deporte, Cali.
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Estuvo acompañado por Oscar Rentería, Mario Alfonso Escobar, Rafael Araujo, Hernán Gutiérrez, Alberto Marulanda, Jairo Aristizábal,, Marino Millán, César Augusto Arias y Rodrigo Cobo.
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LA MORDACIDAD DE UN SOCIO

 

POR WILLIAMS VIERA desde USA.

 

 

      El otro día, tengo que escribirlo, Luis Enrique Delgado, conocido en el medio periodístico como ‘Palito’, nos dejó una frase que todavía recuerdo como si aún estuviéramos en la redacción del diario Occidente, conocido en su mejor etapa, como el ‘diario de la 12’.

     Así lo llamaba el cubano José Pardo Llada con su voz ronca y su erre arrastrada, en su programa radial, ‘Mirador en el Aire’, de 1 a 2 de la tarde, desde el momento que ponía a escuchar la Guantanamera a toda la ciudad de Cali, a través de Todelar, inicialmente, y luego en las estaciones radiales en las que estuvo, pero también lo escribía en su columna de ‘Mirador’ en el mencionado periódico en el que Delgado era el director de deportes.

    Entonces, cada vez que llegaba Pardo Llada a la redacción, decía: “¿Qué es lo último que se sabe del Deportivo Cali, mi querido ‘Palito’?”. Y obviamente, el mencionado periodista le contaba lo que acontecía en las filas verdiblancas y de lo que saldría al día siguiente en su columna ‘Vistazos’ mientras Álvaro Angulo Albán, conocido como el ‘Mompa Albán’, le hablaba del América y de los temas de su ‘Mechita’ que publicaría en ‘Concepto’.

    A los tres columnistas, durante muchos años, los leían en las tiendas, en las salas de ejecutivos, en el estadio y en los retretes.

    De alguno de esos lugares tuvo que salir la dichosa frase que anunciamos al comienzo.

    “Las ilusiones son peligrosas, no tienen defectos”, nos dijo sin pensar que la daríamos a conocer en esta crónica con motivo de que, este miércoles, 7 de febrero, en la Escuela Nacional del Deporte, en Cali, le entregarán a Luis Enrique Delgado el carné de ‘Socio Emérito Acord’.

Tres curiosidades

Jorge López Tulande de visita en la parcela de Luis Enrique Delgado en Santander de Quilichao. En ese lugar los periodistas se burlan de ‘raimundo’ y de todo el mundo.

   Entre las anécdotas que se conocen del nuevo Socio Emérito Acord, hay una que lo viste y lo calza tal como es. La contó Jorge López Tulande, quien era redactor del semanario ‘Balón’ y de ‘Occidente’, pero a la vez periodista radial deportivo:

   “Estaba en un entrenamiento en las instalaciones de Cascajal, en la época en la que América era dirigido por el doctor Gabriel Ochoa Uribe. En la columna ‘El Fantasma’, publicaron algo de Alex Escobar y de Sergio ‘Checho’ Angulo. Entonces, los dos jugadores, después de terminar el entrenamiento, se me acercaron y me miraron con ojos de pocos amigos y me ‘hicieron la encerrona’ para preguntarme quien la había escrito. Guardé silencio y ellos soltaron los nombres que tenían en mente: ‘Jairo Chávez Ávila, Esteban Jaramillo, Williams Viera, usted o Luis Enrique Delgado’… Por los periodistas que tenían en mente, me reí. Ahí fue cuando Escobar volvió a hablar: ‘Debe ser Delgado. Él es mordaz y chismoso’…”.

   La labor periodística de ‘Palito’ se inició en Todelar Cali. Era operador de sonido, pero en vacaciones se iba a escribir en ‘Occidente’ hasta que Nelson Henao, jefe de relaciones industriales, le dijo que se quedara de manera definitiva en la redacción. Era 1973 y a los pocos meses fue nombrado jefe de redacción Emilio Fernández de Soto y ‘Palito’ fue ascendido a la dirección de deportes.

    El sobrenombre del personaje de esta historia es simple. Las muchachas de esa época, en Todelar, cada vez que lo veían en el radio teatro que quedaba en el barrio Santa Rosa de Cali, lo confundían con Palito Ortega, cantante argentino que entonces tenía como éxito ‘Despeinada’, pero el apodo le quedaba bien al joven periodista deportivo como se lo dijo, un día, Guillermo García Jaramillo, quien estaba junto a Bernardo Tobón de la Roche: “Por su contextura delgada, ‘usted parece un palo’. El personal femenino tiene razón cuando lo ven y lo llaman de la manera en que lo hacen”.

   En 1987 a Luis Enrique Delgado lo llamó Jorge ‘El Flaco’ García para que trabajara en el diario El País. Le dijeron que le pagarían $90.000 pesos mensuales. En ese año despidieron a Alberto Marulanda. 

    “Llegué un viernes, firmé contrato y como el lunes era festivo, me fui a un paseo. Hugo Lema, conocido en el medio como ‘Cara de Perro’ porque nadie lo quería, me llamó y me dijo que me necesitaba urgente en el periódico. Entonces, me soltó la bomba que explotó en mi rostro: ‘Echamos a García’… No supe que decir en ese momento”, contó ‘Palito’ Delgado para esta crónica. Él, en esa ocasión, tuvo que presentarse a la oficina a las 8 de la mañana y dejar el paseo para después. Cuando llegó fue felicitado por Jairo Jalil Ríos, jefe de redacción, y Jorge Arturo Sanclemente, subdirector de El País.

La vida te da sorpresas

    Y como si escucháramos a Rubén Blades, interpretando ‘Pedro Navaja’, el mensaje de su canción brota con el coro: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡ay Dios!”. Entonces, esta historia se complementa por lo expresado por el personaje mencionado:

    “Si bien estuve en El País durante 7 años, nunca olvidé un acto de conspiración organizado por Nelson Valencia, redactor de deportes, quien llamó a Gloria López. Ella estaba en el cubrimiento de la Vuelta a Colombia. Él le dijo a ella: ‘Hay que sacar a Delgado, no puedo dormir con el enemigo’…”.

    Este trozo de historia nos lleva a considerar que el género humano atraviesa el presente con los ojos vendados que lo ayuda, digámoslo de esta manera, a adivinar lo que de verdad vive. Y luego, cuando le quitan la venda de los ojos, mira el pasado y comprueba qué es lo que ha vivido y cuál ha sido su sentido.

    Después de ese periodo en El País, debido al estrés, ‘Palito’ Delgado empezó a sentir un malestar en el ojo izquierdo y el oftalmólogo especialista le dijo que sufría de queratocono que es un problema asintomático.

    “Se me nublaba la vista”, nos dijo. 

    El especialista le recomendó al periodista que lo importante era que realizara, debido al estrés y al cansancio, una visita al oftalmólogo, de manera continua, para detectarle, a tiempo, si el caso de queratocono persistía. Si era así, él no podría ver a las muchachas que, en esa época, pretendía.

    “Entonces, decidí renunciar a la dirección de deportes de El País y me tomé un año sabático y regresé a Occidente hasta mi retiro”, nos dijo.

Grupo de periodistas en Cali durante una fiesta organizada por el ‘Corrillo de Mao’ después de finalizar su labor informativa en diciembre. ¡Qué tiempos aquellos! Delgado abraza a Jairo Chávez Ávila y éste, en un gesto de cortesía, apoya su brazo derecho en la pierna izquierda de ‘Palito’ con lo que causó un río de sonrisas.

Un gato guardián

    Cali era entonces una ciudad rumbera y calurosa donde todos escuchaban al Grupo Niche y su himno en el momento que Jairo Varela y sus muchachos cantaban: “Cali pachanguero”, pero la gente al igual que el personaje de esta historia, cuando se dirigía a Santander de Quilichao, en el automóvil que tenía, le subía el volumen a la radio, en especial cuando la agrupación interpretaba…: “Todos los caminos conducen a ti / Si supieras la pena que un día sentí / Cuando en frente de mi tus montañas no vi / Que todo, que todo, que todo, que todo, ¿qué? / Que todo el mundo te cante / Que todo el mundo te mime…”.

    ‘Palito’ Delgado, en ese instante, se convertía en una especie de cantante, movía los hombros y tamborileaba, con los dedos de una de sus manos, el timón del carro. Entonces, quien lo veía se impresionaba como si estuviese leyendo alguna de sus columnas llenas de mordacidad, pero sin la burla peculiar del periodista que escribía ‘El Fantasma’. Sin embargo, a él, curiosamente, le indilgaron ser el autor de aquellos escritos irreverentes llenos de ironía, de critica ácida o de crueldad, pero ingeniosa.

    Lo que sabíamos de Luis Enrique Delgado era que Santander de Quilichao, en aquel entonces, era su refugio. A él poco le importaba alejarse y estar a 45 kilómetros al sur de la capital vallecaucana en donde, como lo registró, de manera magistral, ‘Piper Pimienta’ y sus ‘The Latin Brothers’, “Las caleñas son como las flores”. 

   Entonces, como lo contó ‘El Mompa’ Albán en su momento, “Delgado se sintió poseído por un aura proveniente de antiguos pobladores indígenas que, en dialecto aborigen, mediante sueños, lo convencieron de que ese municipio caucano es ‘Tierra de Oro’…”.

    Tal vez Dios quiso que ‘Palito’ fuese a vivir a esa población y que le haya permitido comprar una parcela, en donde descansa y se burla de todos y de todas, habla de lo bueno o de lo malo mientras camina, acompañado de los amigos y amigas que invita. Lo curioso es que un gato fuerte y bello de color amarillo, como un león y como si fuese un fiel guardián, también va junto con la comitiva que atraviesa matas de plátano y de árboles frutales de limones y naranjas, entre otros. Entonces, después de dejar atrás el bar con la nevera y la consabida cerveza helada y el horno para los asados, el dueño de aquel lugar y sus acompañantes se encuentran, a 100 metros, con un riachuelo, ideal para bañarse en horas de calor.

    Sólo hay que agregar que Luis Enrique Delgado, esta noche, en la Escuela Nacional del Deporte, en Cali, le entregarán el carné de ‘Socio Emérito Acord’ y esto, así lo creemos, debe ser un motivo de celebración mientras él camina y se ríe, pensando, quizás, en la próxima columna que va a salir publicada en ‘Proclama, el diario del Cauca’. 

    Entonces, colegas, levanten sus copas, brindemos y pensemos por el éxito: ‘¡Chin chin!’.

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