Capsulas de Carreño

Colombia dejó recuerdos en Ipacaraí

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

 

* Bien por nuestro jugadores, ahora si comprometidos con la causa, y por Lorenzo que puede seguir dirigiendo de saco.
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El centenario estadio Defensores del Chaco se puso cómodo para recibir a paraguayos y cafeteros, como acostumbran nombrarnos, que en muy buena cantidad alegraron la tribuna con el amarillo, el rojo y el sombrero vueltiao; hasta El Cole, que no se pierde ni la mojada de una tanqueta de la policía, batió sus alas. Los demás tomamos café al frente de la “caja mágica”.

 

Estaba en juego la sexta fecha de la clasificación al mundial del 2026 y también la bobadita de 26 años sin perder en Paraguay, marca que ya tiene callo, y que de por si les pone tarea adicional a los jugadores colombianos de turno, para no desentonar y ser fieles a la historia.

 

El árbitro Jesús Valenzuela, apellido que da una pista imperdible  para saber su nacionalidad, da inicio al partido y por ende al inolvidable recital de fútbol presentado por nuestra selección durante esos 45 minutos iniciales, contando con la magia preparada por James, Arias, Lucho y Borré; la agresividad de Castaño y Lerma; el apoyo por las puntas de Muñoz y Borja; el respaldo de Mina y Lucumí y la seguridad de Vargas.

 

Minuto 11, penal a favor de Colombia por mano de un defensor guaraní. Carisellazo verbal para patearlo entre James y Borré, quien cobra alto y al centro para decretar el que a la postre fue el único gol del partido.

 

Colombia se adueña de las acciones y va extendiendo su fútbol por toda la cancha como si se tratara de un pulpo, con  llegadas al arco de Coronel, de lo que no tiene pinta, pero se falla en la puntada final. Cuando los jugadores se engolosinan con el balón, se va creando una atmosfera de conformismo por la ventaja que da un gol a favor, pero avemaría si tenemos ejemplos; basta mirar un equipo amigo mío, menos mal ese “avemaría” no se dio en este partido. A punto de finalizar el primer tiempo, un disparo de James pega en el travesaño.

 

El segundo tiempo comienza con los mismo once nuestros, más Lorenzo en la raya con su saco y su tabla soporte para escribir. El técnico paraguayo hace dos cambios de entrada.

 

Colombia le merma a su recital, pero sigue con la intención de aumentar el marcador, lo que estuvo a punto de lograr en acción de Lucho a los 12 minutos, que el portero Coronel logra despejar con su pie. Lorenzo es consciente del desgaste de varios jugadores y del avance de Paraguay en procura del empate; por tal motivo, y en diferentes momentos, saca a James, Borré, Lucho y Castaño y entran Carrascal, Córdoba, Campáz y Matheus. Se acaba el recital y comienza el partido “normal”, con acciones allá y acá, como por ejemplo esa del minuto 37 en la que Caballero pudo empatar, pero la acción salvadora de Vargas lo evitó.

 

Al minuto 40 se nos aparece La Milagrosa, porque un balón que es levantado por Tacuara va rumbo al arco, pero es rechazado casi en la raya por Lucumí. El último cambio nuestro es el de Mosquera por Borja. Valenzuela agrega 6 minutos más de sobresaltos para nuestra defensa, porque Paraguay se volcó con todo, sin éxito para fortuna nuestra.

 

Minuto 96 y El Cole bate sus alas con más fuerza para alzarse con los tres puntos, para mantener el único invicto en esta clasificatoria y en el historial de los enfrentamientos con los guaraníes, para ubicarnos terceros en la tabla, y dejar un sabor de miel por el juego exhibido, como nunca a lo largo de este torneo. Bien por nuestro jugadores, ahora si comprometidos con la causa, y por Lorenzo que puede seguir dirigiendo de saco. ¡Qué más da!

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