Capsulas de Carreño

DIM: Ni fútbol, ni cerebro, ni alma.

VALLEDUPAR. No es  fortuito lo que ocurre en el DIM. Todo fue ocasionado por el desmantelamiento del equipo, una acción recurrente en la dirigencia que encabeza Raúl Giraldo, al que le siguió la vinculación de jugadores sin nivel. Hoy el DIM ocupa la casilla 18. Foto @Dimayor.com.

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Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.
María Victoria Zapata, Dama Roja del comentario o simplemente Pola.

 

Cualquier calificativo  se queda corto a la hora de definir  el deprimente espectáculo  del Deportivo Independiente Medellín 2024 en la gramilla… en todas las gramillas incluyendo la del  Atanasio Girardot y  la del estadio Armando Maestre, de Valledupar, donde anoche cayó, 0-2, ante Alianza, en su partido visitante, de la octava fecha.

Sin zaga, sin un medio campo que cumpla las elementales funciones en marca y armado, y sin un ataque que se atreva siquiera pisar el área contraria, el DIM es presa fácil para cualesquiera de sus competidores, y así lo han  confirmado las consecutivas derrotas a domicilio  con Millonarios, Junior, Boyacá-Chicó y, ayer, Alianza.

Sin laterales ni centrales  que puedan evitar los goles  contrarios, sin volantes  que generen fútbol  y sin delanteros que lleven un mínimo de peligro a los arcos rivales, peor no puede ser el  balance en las ocho fechas cumplidas del campeonato: 16 goles recibidos (2 por partido) y tan solo 5 anotados (0.6 por juego) y un gol diferencia de -11.  Puesto 18 en la tabla y puede caer más bajo.

Con la anotación del zaguero Pedro Franco,  al minuto 2, se repitió, por tercera ocasión en la presente Liga, la historia del gol contrario en el inicio del compromiso.  Vale recordar  el del extremo Edgar Guerra, en el juego Millonarios 5- DIM 0, antes del primer minuto de juego  y  el  del lateral  Gabriel Fuentes, en el partido Junior 3 -DIM 0, en el minuto 4.

Y anoche, no obstante el  cambio de módulo táctico por parte del técnico Alfredo Arias, con un doble 9 y  con Orejuela con funciones más ofensivas, persistieron la incapacidad del DIM y la inoperancia de sus tres líneas y se ratificó, por enésima vez, que el Equipo del Pueblo NO tiene zagueros solventes, NO tiene un volante de armado que le ponga oficio al medio campo y tampoco tiene quien haga goles, ni siquiera los de pena máxima.Y confirmó, igualmente, que carece de fortaleza mental, de sentido de pertenencia, de jerarquía y de combatividad. El DIM es una escuadra  sin cerebro pero también sin alma.

Por lo anterior,  el DIM que perdió 0-2  con Alianza en la octava fecha,  dio un espectáculo  peor que el de  su decepcionante fútbol: el de su displicencia y  su haraganería,  el  de  su falta de  reacción  y coraje,  el  de su irrespeto por la sagrada camiseta  y por la hinchada  roja. Porque  en el  “ole”  que provino de  la tribuna,  en la tarjeta  roja que le perdonaron a Luis Orejuela y  en las  faltas malintencionadas  de Brayan León y John Palacios que dieron lugar a sus merecidas expulsiones,  se desnudó todavía  más la sequedad de una escuadra sin sangre en las venas  y sin vergüenza deportiva alguna.

 

Desde arriba.

No es  fortuito lo que ocurre en el DIM.

Todo fue ocasionado por el desmantelamiento del equipo, una acción recurrente en la dirigencia que encabeza Raúl Giraldo, al que le siguió la vinculación de jugadores sin nivel, fundamentación ni un elemental  análisis de los requerimientos del equipo.

No solo se desmembró el DIM. Se desvalorizó  la nómina y se  contrataron jugadores  “al bulto”, más que agrietada, la zaga  quedó inservible. En cuanto al medio campo, ya vimos que  el actual es acéfalo e inoperante. Ataque?  No existe en el DIM 2024-1.  ¿Qué podemos esperar de un  equipo al que le arrebataron la solidez de su zaga, no  genera una sola idea en su medio campo y carece de un delantero, uno solo, con gol?  La respuesta son 16 goles en contra y  apenas 5 favor.

Infortunadamente, esta nómina es el resultado de una gestión en la que los procesos, proyectos y crecimiento institucional desde lo deportivo, esenciales en el fútbol de alta competencia,  son desdeñados por la dirigencia roja. Tampoco hay ambiciones, objetivos ni metas en concordancia con el sentir de la afición. Por esa y no otra razón, y así arropemos a  técnicos o jugadores rojos, muchos hinchas desde hace años dejamos de creer o esperar algo de la  actual administración del DIM.

 

Sin rumbo y sin alma.

Como consecuencia del  menosprecio  al  proceso iniciado  con el orientador uruguayo  Alfredo Arias y por el  desmedido  afán mercantilista  dirigencial que lo abortó una vez culminado el campeonato anterior, la nómina quedó reducida a cenizas,  el técnico rojo perdió la brújula y el equipo perdió  su norte.

Y  perdió también  su alma, su espíritu, sus ganas, su tenacidad y su entereza.  Además de su  carencia de  fútbol, que trata ya de compensar con  faltas descalificadoras,  el equipo  acusa a una falta de reacción y una apatía  colectivas, que  no tienen explicación.

Lastimosamente, el DIM  2024-1 es un onceno  sin guía, rumbo  ni confianza en sí mismo. Es un equipo desmoronado  física y mentalmente, que no responde  en ningún sentido. Es un DIM   sin vergüenza deportiva, un  DIM a la deriva en su administración, en su dirección técnica y en su fútbol.

En medio de  este infortunio  rojo,  de este reiterado y buscado caos dirigencial, no dejo de preguntarme una vez más. ¿Por qué el técnico Arias permitió que le desbarataran el DIM?, ¿Hasta dónde llega su responsabilidad en la debacle roja? ¿Hasta dónde su autonomía? Lo que si me queda muy claro, es que su  retiro NO es la solución a  una problemática grave, que hoy por hoy  exige acciones  de parte de los directivos,  resultados de parte del cuerpo técnico  y  compromiso de parte de los jugadores.
[María Victoria Zapata B.]

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