Capsulas de Carreño

El blackjack el juego que unió una selección.

Selección Colombia de gran campaña en el Mundial de Italia 90. Foto FCF.

Colombia tuvo una gran generación de futbolistas talentosos en los años 90, la gran selección del “Pibe” Valderrama, Andrés Escobar, René Higuita, Faustino Asprilla, Freddy Rincón y compañía… con la conducción de Francisco “Pacho” Maturana quienes marcaron una época imborrable.

Recorrimos el mundo por sitios insospechados; como por ejemplo, la gira por Arabia, donde fuimos tratados como príncipes por el rey Fahd, cuyo hijo Abdelaziz bin Fahd se maravillaba con nuestro futbol; aquel equipo iba dejando una estela de buen juego por donde pasaba, lo que nos generó un reconocimiento del planeta futbol por la recuperación de un estilo, donde lo primero, era el respeto por la pelota.

Nuestra estrategia era el manejo del balón, la paciencia en la elaboración y el arte en la culminación; ¿se acuerdan del gol de Rincón a los alemanes en Italia 90,? Ese gol, sigue vivo como una obra de arte futbolística… donde el toque y la genialidad nos dieron un empate clasificatorio a octavos, cuando el partido y las ilusiones morían.

Con ese equipo hicimos largas excursiones cubriendo grandes trayectos con esperas tediosas en las salas de los aeropuertos, y fue allí donde el grupo encontró otra estrategia para unirse como tribu: el blackjack, juego de cartas denominado así por la traducción del inglés, del as y la jota de picas, donde se  trata de hacer 21 puntos contra un tallador (crupier) quien maneja las apuestas.

Quizás la zona en Colombia donde más está arraigada la inclinación por el juego es la región paisa, y como era de esperarse, inicialmente el círculo estaba conformado por jugadores de allí.

Se apostaban diferentes cosas: un almuerzo, una camiseta y hasta los viáticos. El que perdía era motivo de gracejos en medio de sonrisas y burlas.

Recuerdo vívidamente, las carcajadas de Andrés Escobar quien se reía con toda la cara gracias a sus enormes dientes; la picardía de “Carepa” Gaviria, las excusas repetidas de Faustino Asprilla cuando perdía, la estrategia del “papá” de todos “chonto” Herrera -casi siempre ganador-… en fin, imágenes inolvidables de tantos amigos que nos dejó el futbol.

La necesidad de entretenimiento arraigó tanto la costumbre, que entre todos intercambiábamos lugares de asiento en los aviones solo por el placer de estar juntos jugando, lo que ayudó al desarrollo grupal, haciendo familia, afianzando lazos de amistad que aún sobreviven en el tiempo.

Con los años, otros directores técnicos en el mundo siguieron la idea, hacerse fuertes como grupo y alzar la bandera del buen gusto por el juego, el tiki-taka, sinónimo de buen futbol, brillaba en el fango de los resultadistas y su futbol de factoría a ultranza, con resultados sensacionales como el sextete del Barcelona de Pep Guardiola ganado en su primer año como entrenador. Pep tenía el espejo del dream team que lideró su padre futbolístico Johan Cruyff

El juego de cartas como entretenimiento tiene diversos beneficios conductuales que abarcan la estrategia, inteligencia, arrojo, riesgo y valentía.  Además, conlleva comportamientos diversos, divierte, entretiene, socializa y desconecta de situaciones estresantes de la vida; es una actividad mental que estimula el cerebro y la memoria, alejando en el tiempo, patologías tan dramáticas como el alzhéimer y la demencia tan propias de la tercera edad.

Hoy la tecnología permite jugar blackjack online desde cualquier lugar del mundo divirtiendo, desestresando y, muchas veces, haciéndonos sentir que no estamos solos. Es una excelente terapia preventiva para atajar el menoscabo cerebral.

Se registra en el mundo cada vez más y más personas en salas de juego virtuales desde un teléfono celular o desde un ordenador personal.

Lo sustancial es ejercitar el cerebro, llevándolo a la toma de decisiones rápidas e importantes en situaciones complejas.

Volviendo al futbol, algunos medios aseguran que figuras como: Lionel Messi (el mejor del mundo), el portugués Cristiano Ronaldo, el brasileño Neymar, el uruguayo goleador Luis Suárez y Gerard Piqué son jugadores habituales y muy buenos de blackjack.

Otros deportistas como el boxeador Floyd Mayweather jr. Charles Barkley, estrella de la NBA, el golfista Tiger Woods, el tenista Rafael Nadal, son jugadores habituales y sienten la adrenalina que les recorre el cuerpo, no solo en sus actividades, sino igualmente al frente de una partida de blackjack

Estas son historias que seguramente mucha gente desconoce, pero que, al final, se convirtieron en parte fundamental del éxito, como sucedió con aquella selección Colombia de los 90 que encontró en el blackjack el ingrediente secreto en la receta de su integración como grupo.

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