Capsulas de Carreño

Fútbol y pasión.

*Cuando se trata de fútbol, ​​América Latina es una excepción. O más bien un milagro. Este deporte nació en Inglaterra en el siglo XIX y llegó a América Latina de la mano de los obreros que viajaban a construir los primeros ferrocarriles. Pero en poco tiempo se afianzó y se quedó para siempre.

Historias y victorias

Gracias a sus míticos estadios, a sus increíbles victorias y a sus legendarios y célebres jugadores, América Latina se ha posicionado desde principios del siglo XX como una potencia futbolística de cuidado. Ganándose de esta forma el respeto y la admiración del resto del mundo.

De los 21 mundiales que se han disputado hasta la fecha, nueve fueron ganados por selecciones sudamericanas. Uruguay lo hizo en la primera edición en 1930 y en 1950, Brasil fue campeón en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002 y Argentina obtuvo el título en 1978 y 1986. Por ello muchos aún se preguntan cómo se explica este deslumbrante éxito sudamericano en un deporte originalmente inglés.

Y es que cuestionar la difusión del fútbol en Sudamérica no es nada nuevo. Detrás se perfilan temas de toda índole, que ilustran la evolución de las sociedades. Aun desde el punto de vista apolítico, sería ingenuo creer que especialmente en fútbol, que para los sudamericanos es el Deporte Rey, ​​no participa de una u otra forma en la evolución social y política del continente y de las naciones que lo integran.

Todos son su país

Cada nación sudamericana apoya con el corazón a su selección nacional. Los grandes triunfos de Brasil, Argentina han provocado dentro de sus fronteras y fuera de ellas, eventos que lo han cambiado todo. Y qué decir del mítico Uruguay, que tras ser el ganador de los Juegos Olímpicos en 1924 y 1928 organizó la primera Copa Mundial de Fútbol ganándola invicto. Y 20 años después dejó mudo al Estadio Maracaná venciendo al anfitrión Brasil.

Desde que el fútbol cruzó el Atlántico, los países latinoamericanos han mantenido con este deporte una relación de corte pasional. Esa es la que moviliza a la población entera detrás de cada selección. Y la que los hace volcarse también a las apuestas deportivas online.

En América Latina, mientras corre la pelota por la cancha, no hay diferencias de ningún tipo. Cada uno es un defensor acérrimo de la camiseta de su país. El pueblo entero sufre con los errores y se desgarran las gargantas gritando gol al unísono. Y a la hora de festejar, entre lágrimas y risas todos se tiran a las calles bajo la insignia de la bandera nacional y repitiendo sin cesar el nombre de su país.

A pesar de la multiplicidad de identidades y de la historia de cada nación, en América Latina el fútbol es un hilo conductor que atraviesa todo el continente. Y que hermana o enemista a los países mientras se disputa cada partido. Pero que al final acaba por opinar: si no es mi país, que la Copa del Mundo la gane un sudamericano.

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