Capsulas de Carreño

Nacional estrena Palacio

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

 

*Hay hechos que no admiten posiciones diferentes, como la calidad mostrada por Brahian Palacios, 19 años.
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Todavía con síntomas del guayabo, por la reciente pasada de copas, nos dispusimos a ver el juego de los canarios contra el verde, disputado en el gramado del Alfonso López de la ciudad bonita, con un marco teñido de amarillo y muy poco de verde.

 

Parte de los actos protocolarios fue el afectuoso saludo entre  Autuori y Gustavo Torres, jugador que fuera de la plantilla de Nacional durante la primera incursión del técnico brasilero.

Imagen tomada de la página oficial del Atlético Nacional.

Para este partido, el técnico se la juega con la experiencia en la defensa, la fogosidad en el medio campo y el ardor de la juventud para el ataque. Queda entonces una columna vertebral conformada por Mier, Cristian Zapata, John Duque y Tomás, todavía con la aureola de ángel, por lo hecho en la final de la Superliga

 

Las primeras acciones nos muestran a un Bucaramanga con más ganas, pero consumidos los primeros minutos es  Nacional el que comienza a acomodarse y a generar juego por las bandas con Banguero y Román, ambos de buen accionar en este juego.

 

Rondando el minuto 20, John Duque es “barrido” violentamente por el argentino Gonzalo Lencina, apellido que rima con lesiona, acción que perfectamente daba para tarjeta  color rojo San Valentín, pero que no pasó de una pálida amarilla. Diez minutos después, Duque debe abandonar el campo como consecuencia de la lesión que le produjo esa “caricia”, la misma que el árbitro y los encargados del VAR, taparon por lo alto

 

La lesión de Duque obliga a la entrada de Brahian Palacios, nacido hace 20 años en el parque de Berrío, como todos los de Medellín. Y si señores, que joya tenía Nacional escondida  en el cuarto de San Alejo; gambeteador, potente, veloz e inteligente; de una jugada suya nació el penalti que cobra Ángel en forma magistral para poner a Nacional arriba en el marcador, en el ocaso del primer tiempo.

 

En los albores del segundo tiempo, cuando a Nacional en un costado comienza a jugar “el bobito”, pierde el balón, interviene Teófilo que entró para este período, quien le hace el pase a Torres para que avance raudo acompañado de Aguirre que le hace marcación del optómetra, hace el centro para que Lencina, el que a mi juicio en ese momento debió estar en la tribuna bañado y vestido de civil por la falta aquella, marque el empate de cabeza.

 

Ese gol no mina la ambición verde, que sigue buscando  la victoria, que la tuvo en un potente disparo de Román que sacó el portero Aguirre el tiro de esquina,  en el golazo anulado a Palacios por fuera de lugar de Tomás y un zapatazo de Solís que pega en un defensor y lo desvía a la final.

 

El fútbol tiene muchos cristales para verlo, pero hay hechos que no admiten posiciones diferentes, como la calidad mostrada por Brahian Palacios, que supera con creces a lo normalito exhibido hasta ahora por el brasilero Jader, quien llega por un semestre en calidad de “tenemeloallá” pero sin opción de nada. Ésta y otras situaciones, que no tienen explicación ni lógica, nos dan para pensar que la contravía es permitida al interior de la institución.

 

“Podemos evadir la realidad, pero no podemos evadir las consecuencias de evadir la realidad”. Ayn Rand.

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