Capsulas de Carreño

¡Salud, bicampeones! Por Pablo Calle Jiménez, hincha


Por Pablo Calle Jiménez.

 

*Envión anímico enorme para la hinchada Poderosa. Un título que significa un desahogo enorme.

Son Poderosos días para la hinchada de nuestro amado DIM. El rojo nos dio otra noche de sufrimientos y alegrías para al final levantar el trofeo que lo declara Bicampeón de la Copa BetPlay. 1-1 en los 90′ y 5-4 desde el punto penal. Con dos intervenciones finales del VAR en los últimos 5′, porque como bien sabemos todo lo de Medellín es sufrido.

No fue el partido más vistoso, como el 90% de finales de fútbol Profesional. Tampoco es el estilo de este Medellín el salir a atacar a tumba abierta. No lo hace en partidos ‘normales’, mucho menos lo iba a hacer en una final. El primer tiempo del DIM fue aceptable, pues salió con un bloque medio, recuperó muchos balones en mitad del campo y mantuvo a Tolima lejos de su arco. Cuando los del Bolillo agarraban el balón, trataban de generar juego colectivo, en especial entre Reina-Mier-Vuletich, pero fueron pocas las opciones generadas.

El 1-0 de Mier con la pertinente distracción de Vuletich nos dejó más que conformes al descanso.

El segundo tiempo arrancó y en 50 segundos Tolima ya había generado dos opciones clarísimas de gol: Una que sacó de manera espectacular Mosquera Marmolejo, y en el subsiguiente tiro de esquina un cabezazo desviado casi en las 5 con 50. De allí en adelante los visitantes siguieron atacando y aproximándose mucho más que en el primer tiempo, aunque no con la claridad de esas dos opciones.

Medellín tuvo para liquidarlo en una jugada donde pivoteó Vuletich, Mier se la filtró a Reina y éste se apresuró en la definición, sacando un remate mordido y fácil para Montero. También tuvo Mier un tiro libre en la media-luna que mandó por encima. El Poderoso no lo pudo liquidar y sobre el final llegaron dos goles calcados e incluso desde una posición muy parecida al de Matías Mier en el PT. El primero gol, de Mosquera, fue anulado por el VAR. El segundo, obra de Angulo, también fue revisado pero al final lo convalidaron.

En los penales no vale la pena alargar el cuento: Medellín metió los 5 y Marmolejo sacó el tercero de Tolima, por lo que a mi juicio fue la figura de la final. La sufrida hinchada roja pudo gritar Campeón y sacarse del pecho tantas frustraciones e incertidumbres.

No faltaron algunos reparos por la poca producción ofensiva; porque no tuvimos profundidad o no se jugó un fútbol espectáculo. Yo considero que no se puede soslayar el tiempo de trabajo que tiene Bolillo con este plantel. Los mismos jugadores llegaron a principios de Enero y un mes después se estaban jugando una final. De este equipo destaco el sello de Hernán Darío: Todos corren, todos marcan, hay actitud de trabajo duro y mentalidad ganadora. La manera como se encararon los cobros desde el punto penal así lo demuestran.

Tampoco le sobra nómina a Hernán Darío: En plena final, sobre el minuto 75, su revulsivo fue un muchacho Gallego a quien hace una semana nadie conocía. Importante tener esto en cuenta antes de exigirle a Bolillo que su equipo juegue como el Brasil del 70.

También hizo una gran labor la Dirigencia: Ficharon jugadores no muy costosos pero rendidores y con mucha hambre de triunfo. Todos estaremos de acuerdo en que Moreno, Loaiza, Sánchez y Vuletich están superando con creces las expectativas que generaron a su llegada. Hoy todos ellos han duplicado su valor de mercado, y no solo por el título sino porque en cancha han demostrado tener argumentos futbolísticos para competir al más alto nivel.

Hoy será un día de celebración pero ya el fin de semana vuelve y juega la Liga. Nuestro rendimiento en dicho certamen ha sido aceptable, y más teniendo en cuenta que 2 de los 5 partidos se jugaron con nómina alterna. De igual manera se debe empezar a sumar de a 3 para buscar la entrada a los 8. Lo importante es que ya con un trofeo en las vitrinas, y habiendo pasado por el stress de una final, estos muchachos van a estar mucho más curtidos para los difíciles partidos que se avecinan.

Envión anímico enorme para la hinchada Poderosa. Un título que significa un desahogo enorme. Nueva participación internacional en 2022. Revancha para Bolillo que en los últimos años la venía pasando mal.

¡Salud, Bicampeones!
Pablo Calle Jiménez, columnista Cápsulas

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