Capsulas de Carreño

Volvió la Estrella de David

Esta copa, más la séptima Copa Colombia, ganada apenas el pasado 15 de diciembre, son la realidad de esa consigna, son el merecido premio a jugadores, cuerpo técnico, hinchas e institución, que en media hora nos volvimos uno. Foto @nacionaloficial.

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

 

“Volveremos” fue la consigna del Presidente Sebastián Arango Botero, y dicho y hecho.

Y volvió el momento esperado de alzar la copa 18, ésta si en casita, con un protocolo armado en par minutos, y con la mirada y la ovación de millones de hinchas verdes, unos con el privilegio de vivirlo en vivo y en directo, y otros a través de la pantalla.

Dos goles de factura similar de Morelos y Román, y una atajada definitiva de Ospina ante cobro de tiro penal de Yeison Guzmán, sentenciaron la serie a favor de Nacional frente al Tolima, por un marcador global de 3 a 1; equipo al que también le ganamos la final en 2022 en su propia casa.

Y volvió el equipo que andaba perdido, volvió de la mano del manito Efraín Juárez, a quien los directivos le habían puesto el ojo desde hacía un buen rato, siguiéndole sus pasos, su trayectoria, su quehacer, su trabajo como jugador y como asistente técnico, información que fue suficiente para contratarlo.

Llegó entonces con un par maletas, y una aureola de incertidumbres, lógicas por cierto, porque poco o nada, los hinchas rasos sabíamos de él. Día a día y partido a partido, Juárez se fue abriendo paso y fue consolidando una táctica y una forma de trabajo diferentes, y al unísono una forma única de unir al grupo para conformar una familia.

Esta gesta de ganar ambas copas para Nacional en un mismo semestre, solamente la había logrado Juan Carlos Osorio. Pero además, esta gesta de ser doble campeón en solamente ocho días de diferencia y con apenas 4 meses de trabajo, será inalcanzable en nuestro ambiente futbolero, y Juárez se la ha escriturado con todos los méritos, con sus silencios, y su a veces con su explosiva forma de ser.

Y volvió David Ospina, el que calzó sus guantes en Nacional siendo muy joven. Nuestro referente en el arco, capitán, consejero y líder.

Y también lo hizo Edwin Cardona, suena mejor Crackdona, para manejar los hilos en el medio campo.

Y volvió una pareja ideal de centrales, conformada por un derecho como Felipe Aguirre y ahora si con un izquierdo original como William Tesillo.

Y a sus lados dos marcadores con la misión de atacar, Andrés Román, goleador para más señas, el mejor en su puesto en nuestro país, y Álvaro Ángulo que volvió por sus fueros.

Volvió Jorman Campuzano, el tan nuestro, con intermitencias al comienzo, pero consolidado al final. Y también vino Sebastián Guzmán, con un inicio tímido, pero sobrio al final y Juan Zapata de corte similar a los dos anteriores y buena pegada.

Andrés Sarmiento todoterreno y definitivo en momentos clave. Marino Hinestroza la joya de la corona y Alfredo Morelos con goles decisivos como el de esta final.

Pero como solamente caben once en la cancha, afuera esperaban otros titulares prestos a colaborar, comandados por Pablo Ceppelini, el uruguayo que pone las eyyyyes en el medio campo; Kevin Viveros potente y veloz; Dairon Asprilla, otro todoterreno que cambia de color de pelo de acuerdo con el partido; Kevin Parra una chispita por todo el campo; Kilian Toscano que va piano piano. Y Harlen Castillo y Luis Marquines, ángeles guardianes de Ospina.

Nacional no solo tuvo que enfrentarse a los equipos de turno, sino a micrófonos envidiosos y al entramado alevoso armado en su contra de parte de la comisión disciplinaria, entramado que dejó al descubierto las azules intenciones y el aleteo de tiburón para agitar la marea. Pero al final, la justicia Divina junto con el buen accionar del equipo, el arrullo de los directivos y el calor y el fervor la hinchada, pudo salir avante y triunfador.

Esta copa, más la séptima Copa Colombia, ganada apenas el pasado 15 de diciembre, son la realidad de esa consigna, son el merecido premio a jugadores, cuerpo técnico, hinchas e institución, que en media hora nos volvimos uno.

No hay nada mejor que levantarse sabiendo que somos doblemente campeones.

“Empieza haciendo lo que sea necesario; luego haz lo que sea posible, y de repente estarás haciendo lo imposible” Francisco de Asís.

Para todos los que hacemos parte de esta familia Cápsulas, una navidad pletórica de paz y amor, y un nuevo año repleto de vida y salud.

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