Capsulas de Carreño

Dar pasto y luego rematar.

Por Saúl Restrepo.

 

 

*Nacional necesitaba ganar sea como fuere este título, que ahora nos pongamos a ver el estilo.
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A lo largo de los cuadrangulares ese fue el proceder de Nacional, ir perdiendo para luego recuperarse y salir y rescatar los partidos para sacer el resultado que les servía y no defraudó. Y en la final no fue la excepción.

En dos opiniones anteriores a esta, se describió lo que podía pasar, no era unas adivinanzas o predicciones desde la fe o la afición de hincha sino solo por previsión y ajustándose a la lógica, en donde todo se cumplió:

20 primeros asedio y conseguir un gol, ante la ventaja corta apretar mas par el segundo, ante el empate la necesidad pasa al verde y ya pueden desarrollar su juego de transiciones y al principio del segundo tiempo afanar el tercero y si no se consigue se transan con el empate para los penaltis, y salió todo porque todo esto era predecible.

Lo que no es predecible es que eso se concrete sobre los factores del juego; que Mier tapara el penalti y que además expulsaran a Cataño, pues eso no lo pronostica nadie y ese momento fue el crucial de todo el partido.

Ahí la suerte estaba echada, el Yolima ya estaba concientizado para los penaltis, el arquero faltando 20 minutos para finalizar se tira al piso para botar tiempo y eso indicaba la orden de esperar hasta el final así empatados. Y les estaba saliendo, porque ya al final estaban con una línea de 6 y Nacional no tenía por donde llegar, estaban muy bien abroquelados.

Al empezar el juego y ver a Rojas ahí dije: «Si Nacional saca esto adelante son unos tesos…» Y este último tampoco defraudó, ayudó y propició todo para el Tolima, cuando pita a favor de Lucumí siendo que este se tropieza fue de verdad lo que indicaba sus intenciones, le recordé mucho su madre…

Cuando lo llaman al VAR posterior al cobro de Cataño, no era porque lo quería expulsar, me corto una si antes no estaban revisando para repetir el cobro aduciendo que Mier se había adelantado, segurísimo, las repeticiones se enfocaron en eso, al ver que no, luego fueron para lo de expulsión. No lo sé, pero tampoco lo dudo.

También de reconocer que el Verde le metió misticismo a esta final, hizo los goles cuando era, de gran factura y se quitó es estigma que les ganaran y les ganaran de manera similar y no hicieran por revertir eso. Esta final se pusieron al día con eso con contundencia y autoridad para mirar por encima a tal rival que se la tenía montada. Además pues de la humildad para reconocer cuales eran sus fortalezas como sus falencias sin tapujos y genuinamente.

Tanto como para que Gio pagara su promesa de ir en rodillas a recorrer el campo, mientras el Arriero lideró y convenció a los jugadores. Sufrido…

Nacional necesitaba ganar, sea como fuere debía alcanzar el título, que ahora nos pongamos a ver el estilo o la forma de como estaba Nacional, pues era el resultado antes que el ADN. Pero además, le ganaron a muchas cosas en contra, desde las directivas hasta arbitrajes y remontadas increíbles.

Este campeonato es para reflexionar y celebrar como nunca. Tal vez sea el último torneo bajo estas condiciones de normalidad y cotidianidad como país.

Así se recordará. A gozarlo mucho, ¡Felicitaciones Nacional!… Merecido.
Saúl Restrepo

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