Capsulas de Carreño

DE PIMERA. Día del Periodista.

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Febrero 9: Día del Periodista en Colombia.
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Octubre 12: Día del Periodista Deportivo en Colombia.
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«Ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días». Gabriel García Márquez.
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«Ser periodista es ver pasar la historia con boleto de primera fila». Diego Petersen.
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«El periodismo es la ventana de la sociedad para ver su realidad, sus ilusiones, sus miedos y su presente». Moisés Naim.
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Por Luis Enrique Delgado

No quise pasar por alto el Día del Periodista, pese a su poca o ninguna trascendencia que hoy tiene, simplemente porque al fin y al cabo es el día con el que alguien quiso ofrecer un reconocimiento a quienes ejercemos la más bella profesión del mundo, aunque igualmente la más ingrata de todas.

El Día del Periodista, establecido para el 9 de febrero, ha perdido la esencia de su ideólogo, para pasar a un rato de homenajes póstumos, a unas premiaciones y condecoraciones entregadas casi siempre por estamentos oficiales – más para pagar favores- y prolongadas celebraciones etílicas y gastronómicas.

El Día del Periodista, que debería ser lleno de emociones, reconocimientos sinceros, de manifestaciones claras de compañerismo y tantas cosas benéficas para la profesión y el gremio se ha convertido en el día de las más desvergonzadas «lagartadas» y en el principio de una semana de alicoramiento absoluto, porque normalmente se vive de celebración en celebración.

Ello, entonces, sólo ha servido para desprestigiar más la hermosa profesión y el gremio y para que continúe el derrumbe de la imagen que hoy se tiene del periodista, en la mayoría de los casos.

Por supuesto, todo esto ocurre por nuestra propia culpa, porque no hay el debido respeto a la profesión, pues en muchos casos se ejerce simplemente por el maldito afán de figurar y, de paso, aprovechar esa notoriedad comercializando la imagen y la profesión de una manera desvergonzada.

También somos culpables los propios periodistas porque nunca hemos tenido el menor interés en ser solidarios. Las pocas agremiaciones que existen no pasan de servir a los propios intereses de quienes las orientan. Se hacen elegir, en la mayoría de los casos, en busca de prebendas, mas no por el bien del gremio y menos de la profesión.

De allí nacen la lagartería y el «lagarto», que es como en la mayoría de las veces se califica al periodista. Porque nunca se ha hecho respetar y se ha prestado para ser un idiota útil, solamente por el pago de la amistad, la notoriedad, la prebenda o la «pauta publicitaria», que es lo que más se estila hoy en los medios de comunicación, con muy contadas excepciones.

Muchas veces, tomando como argumento la sociedad actual, hemos dicho que «¡pobres futuras generaciones!».

Igual podemos decir del tema que nos ocupa: «¡pobres periodistas del mañana!», con una profesión cada día más invadida por reinas de belleza, lagartos y unas entidades gremiales, o asociaciones, cada día más débiles de estructura, en solidez y, lo que es peor, en principios, en moral y en respeto a la misma profesión.

Ojalá algún día lleguemos a tener un verdadero y sano Día del Periodista.

Como lo merece la memoria de quienes ya se fueron de ese mundo y quienes aún la ejercemos con vocación, amor y ética, principios fundamentales del verdadero periodista.

(Columna publicada en el diario ‘Proclama, Cauca y Valle’) 

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