Capsulas de Carreño

Estewil y la silla protectora

«Relatos más allá del ring», después «Así somos», libros escritos por el  periodista barranquillero Estewil Quesada Fernández. 

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Por Pablo Arbeláez Restrepo.
Especial para Cápsulas de Carreño.
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 N. de la R…
Esta nota está dedicada a mi colega y amigo Estewil Quesada Fernández, cuando hoy, día del inicio de su jubilación, deja el periódico El Tiempo, pero que continúa su fructífera y brillante labor en el periodismo, profesión que lleva en lo más profundo de su ser.
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Esa noche creí que nos podría pasar algo maluco. Por los altavoces del coliseo Nuevo Panamá se escuchó que los jueces dieron empate y, lo que minutos antes era una fiera batalla de boxeo, se convertía en una lluvia de objetos contundentes con blanco definido: el cuadrilátero y los que estuvieran cerca de allí en esa aciaga velada del 15 de agosto de 1987.

Tomado de primera página de Deportes de El Tiempo del lunes 17 de agosto de 1987.

Este ambiente de hostilidad venía cuajándose y se hacía cada vez más agudo, desde meses atrás. El colega Estewil Quesada lo había podido percibir de cerca, antes, en y después del combate en el que el panameño Hilario Zapata perdió su título mundial mosca de la AMB, en la cancha de tenis del Country club de Barranquilla, a manos del magdalenense Fidel Bassa, el 13 de febrero de 1987.

La tensa rueda de prensa previa celebrada en La Arenosa, en la que un periodista barranquillero le preguntó a Zapata si le había pegado alguna vez a su mamá; el jalón de una pierna que sufrió el canalero en el enfrentamiento ante Bassa, la derrota de Hilario y la no anulación del pleito, fueron el caldo de cultivo para la pelea de desquite en Panamá. Estewil contaba con fidelidad sobre esto y mucho más en el periódico El Tiempo y en su programa de radio Último asalto que se transmitía por Emisoras Atlántico.

Seis meses después fue la revancha. El ambiente en Ciudad de Panamá estaba que ardía, no solo por el clima. Desde el momento en que el empresario Billy Chams, apoderado de Fidel Bassa, dio una entrevista televisiva en un canal local, la que titulé para El Colombiano: “la encerrona de Panamá”, se supo cómo venía la mano.

Pero lo complicado estaba por llegar, pues en el epílogo del pleito, con un incierto final, los ánimos del público local estaban calientes, porque Bassa se defendía de un enjundioso Zapata. Desde una de las esquinas del ensogado, Luis Spada, apoderado del ex campeón mundial panameño, agitaba la masa y reclamaba el aliento del público. Esta era la antesala de un molesto desenlace. Estewil y yo, que estábamos sentados en la zona de ring side, muy cerca del banquero y empresario Jaime Michelsen Uribe, que fuera conductor del Grupo Grancolombiano, presagiábamos con mutuos movimientos de cabeza, que el asunto no pintaba bien si daban un veredicto negativo al púgil anfitrión.

Estewil Quesada con Kid Pambelé hace poco en Cartagena.

Pues, dicho y hecho, los jueces señalaron el empate por puntos, lo que indicó por los altavoces el anunciador oficial. Ahí fue Troya, porque desde las tribunas superiores y la zona donde vendían cervezas, empezaron a caer decenas de latas y botellas de vidrio, como si se tratara de una catarata de pesados proyectiles. Estewil, que estaba más cercano al ring que yo, cogió su Tandy -el portátil de esa época- y varias sillas para protegerse. Otros como Bassa, algunos de los miembros de su esquina y un puñado de periodistas colombianos, se refugiaron debajo del ring. Mientras tanto, el recordado analista de boxeo y béisbol Melanio Porto Ariza y yo, que también habíamos quedado en tierra de nadie, al igual que Quesada Fernández, no tuvimos más remedio, movidos por el miedo y la angustia, que buscar la salida del coliseo por donde fuera, protegidos con unos escuálidos asientos.

Lo que le escuchamos decir, en medio de nuestro apuro, a unos pocos energúmenos fanáticos, -más que todo movidos por la rabia y la frustración del momento-, era que “había que quemar el ring”, donde se habían escondido varios de los colombianos. Por fortuna, un rato después, se presentó la reacción de la Guardia de Defensa -en tiempos del general Manuel Antonio Noriega-, que puso orden, sacó del escenario a miles de asistentes, decomisó decenas de cuchillos, los que vimos recolectados en las afueras, en tanto que Melanio y este periodista pusimos pies en polvorosa, con la boca callada y un temblor paralizante en las piernas, entre un público iracundo.

Estewil Quesada en «Esquina neutral» radio.

En tanto buscábamos el taxi “salvador”, y volvía la calma al coliseo, nos preguntábamos qué sería de la suerte corrida por nuestros colegas Estewil Quesada, Fabio Poveda Márquez, Ernesto McCausland, Alberto Agámez, Pedro Anchila, Jairo Pava, Jairo Ramírez, Campo Elías Terán, Mike Fajardo y Eugenio Baena, entre otros.
Cerca de una hora y media después de la precipitada salida del coliseo Nuevo Panamá, fuimos llegando al hotel, diseminados por grupos, donde se hospedaba la comitiva de Fidel Bassa, siendo recibidos por un preocupado Billy Chams, con la bienvenida, además, de varias transmisiones radiales, que le contaban a Colombia cómo estaba el contingente de periodistas acompañantes.

Pero el elocuente remate de esta dura e inolvidable jornada, dos días después, quedó plasmado en una foto de Estewil publicada en la edición de El Tiempo del lunes 17 de agosto de 1987, en la que el periodista aparecía cargando con esmero, como si se tratara de un bebé, el Tandy que llevaba en una mano, mientras que con la otra portaba una silla sobre la cabeza, protegiendo su humanidad. Quesada, debido al asedio de los “proyectiles cerveceros” y otros elementos contundentes, debió quedarse sentado y atrincherado a un costado del cuadrilátero con la ayuda de los asientos, por cerca de una hora, convirtiéndose este episodio en un registro inolvidable para la historia de su apasionante vida profesional.

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POSDATA CÁPSULAS

Estewil Quesada – @EstewilQ.

Estewil, periodista de EL TIEMPO, relata anécdotas de confusiones por su parecido con el exboxeador.

Estewil Quesada – @EstewilQ
El hoy. Reportero. Dir. Esquina Neutral (radio), Detrás del Ring (TV). Pste. Acord Atlántico y Vice Acord Colombia. Ex editor Caribe EL TIEMPO y ex editor ADN B/quilla.
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