Las paradojas de las matemáticas. Por Julio César Rodas

Por Julio César Rodas

*No es justo pero es posible. Es posible, si. Pero muy poco probable. Y en homenaje al buen fútbol ojalá triunfe nuestra derrota.
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El fútbol no es de merecimientos, es de goles. Ese es y no otro, su atractivo mayor. Los resultados pueden ser predecibles, pero lo que lo hace apasionante son precisamente aquellos que rompen la lógica: Que Envigado golee a Nacional, cuando éste más necesita ganar, que Ajax le gane al Tottenham, cuando éste hizo todo el mérito, que Santa Fe esté de último, etc.

Pero dentro de la ilógica que apasiona en el fútbol no hay nada más aburridor y anti futbolístico que tener que estar usted sentado en un silla de oficina y no en la tribuna, con una calculadora en una mano y no una bandera y con una veladora en la otra. Eso no es fútbol. Eso es jarto y miserable.

Cuando estas líneas le lleguen a su destinatario oficial probablemente ya sabremos cómo se resolvió la paradoja matemática del momento: Un equipo que siempre estuvo abajo en fútbol, en resultados, en posiciones puede, por la lógica matemática de la teoría de probabilidades, llegar a los cuadrangulares y hasta ser campeón.

No es justo pero es posible. Es posible, si. Pero muy poco probable. Y en homenaje al buen fútbol ojalá triunfe nuestra derrota. No merecemos estar en la fiesta final. La mediocridad de nuestro torneo es indiscutible, pero dentro de esa mediocridad sinceramente yo quiero hoy que entren los merecimientos y el DIM no los tiene.

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