Capsulas de Carreño

El soporífero reino del 0 – 0 (Luis David Obando)

Luis David ObandoPor Luis David Obando

* Se requieren técnicos más audaces, menos miedosos, que entiendan que el fútbol es goles.

Una nueva jornada de la Liga Águila, y otra pobrísima cuota de producción goleadora. Ese promedio de 1,8 goles por partido (y eso que Cúcuta ayudó propinándole un 4-0 a Jaguares) no solo traduce en marcadores el miedo de los técnicos disfrazado de “táctica”, sino que además muestra la estafa en que se convierte el fútbol como espectáculo por el cual se paga boleta, y no precisamente barata.

Terminan fechas como ésta y produce escozor recordar a Juan Carlos Osorio cuando recitaba después de cualquier juego que prefería un 1-0 a un 3-1. Y quisiera saber si fue que me desactualicé en fundamentación técnica, pues no me queda claro por qué el triunfo ahora consiste en dejar el arco propio en cero, no en anotar mayor número de goles que el equipo rival.

Recuerdo entonces el coro de los Alfa 8: “La pasión del fútbol es el gol”. Pues bien, parece que la cosa se quedó en música, porque en las canchas se baila a otro ritmo. La danza de otros tiempos, que conducía hacia el balón en la red, se ha cambiado por un trotecito cansón en el medio del campo, sin paredes sino pasecitos cortos y largos que solo por milagro coronan en el fondo del arco.

El talento futbolístico así le rinde pleitesía a la táctica del miedo, de la vergüenza de sufrir gol en contra, llorando como perdedores lo que podría ser sonrisa de triunfo si a alguien se le prendiera de nuevo el bombillo y pensara en el ataque como mejor defensa. No es ningún descubrimiento del agua tibia, por cierto, pues campeones mundiales abundan que los ganaron con esa premisa.

Pero ahora tenemos equipos que a duras penas logran un gol, en el minuto de juego que sea, y se echan para atrás como si se les viniera encima un huracán, sin que siquiera sople el viento. Ya es manía eso de entregar el balón tras el avaro 1-0, lo cual en la tribuna se convierte en partidos de 45 minutos o menos, más la angustia de esperar que en una de esas no lleguen el empate o la derrota.

Si algo necesita el fútbol de hoy es técnicos que recuerden de qué se trata el fútbol. Sobra miedo y falta muchísima audacia. ¿Dónde estará el entrenador que tenga en la mente y la pizarra el arco del frente? Regalo el letrero de “se busca”, a ver si el hallazgo nos salva del sopor de partidos y más partidos condenados al 0-0.


EXTRATIEMPO. Ya va siendo hora de que los árbitros colombianos se den cuenta de que el cobro de un tiro libro no equivale a un tiempo técnico al estilo del fútbol americano. Se están perdiendo cantidades de minutos en un trámite que no da para tanto, y que hoy en día produce más espera que el cobro de un penalti.

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